Ministerio del Deporte suspende reconocimiento deportivo al Deportivo Pereira por crisis financiera

El Deportivo Pereira fue notificado por el Ministerio del Deporte sobre la suspensión de su reconocimiento deportivo, medida que profundiza el momento crítico que vive la institución.

Esta decisión, con efectos inmediatos, se deriva de incumplimientos financieros reiterados y representa un giro determinante en el futuro del equipo dentro del sistema del fútbol profesional colombiano.

La situación se origina tras varios meses de inestabilidad administrativa y económica, acentuada después de la transferencia de la propiedad del club y de la desvinculación de miembros clave del cuerpo técnico, entre ellos el director técnico Rafael Dudamel.

La salida de varios jugadores, los constantes retrasos en los pagos de salarios y la ausencia de un plan financiero sólido generaron un entorno de incertidumbre que ya había sido advertido por distintas voces del sector.

La decisión del Ministerio se sustenta en la falta de garantías mínimas para el funcionamiento del club como entidad profesional.

El retiro del reconocimiento deportivo no solo le impide participar en competencias oficiales, sino que también bloquea su intervención en instancias administrativas como la asamblea de la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor), prevista para los próximos días.

Dicha reunión será determinante para establecer el calendario de la temporada 2026 y para revisar los casos de clubes que atraviesan dificultades similares, como Atlético Huila.

De no presentar en un plazo de diez días la documentación que acredite el cumplimiento de sus obligaciones laborales con el plantel, el Deportivo Pereira podría enfrentar sanciones adicionales, incluida su exclusión definitiva de la primera categoría del fútbol nacional.

Este procedimiento, aunque contemplado en la reglamentación vigente, no había sido aplicado en décadas recientes a un club con la trayectoria y el peso competitivo del cuadro pereirano.

La eventual pérdida del estatus profesional por vía administrativa acarrearía repercusiones no solo para la institución afectada, sino también para el sistema de competencia en general.

La necesidad de reorganizar la estructura de la Liga BetPlay, rediseñar el fixture y redefinir criterios de participación y ascensos, obligaría a la Dimayor a adoptar medidas urgentes para garantizar la continuidad del campeonato.

El club, que en 2022 logró el título del torneo de primera división y en 2023 representó al país en certámenes internacionales, enfrenta en la actualidad el escenario más complejo desde su regreso a la categoría A.

La magnitud de la crisis no solo compromete su presente inmediato, sino que plantea interrogantes estructurales sobre la sostenibilidad del modelo de gestión en equipos de mediana y alta convocatoria del fútbol profesional colombiano.

Mientras tanto, la plantilla de jugadores y los empleados del club permanecen en condición de incertidumbre laboral, a la espera de que la administración logre reestructurar sus finanzas o de que se presente una intervención externa que permita garantizar la continuidad de sus operaciones.

La hinchada, por su parte, observa con preocupación el deterioro institucional de una escuadra que ha sido símbolo del eje cafetero durante décadas.

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