Detalles de la nueva reforma laboral: aprendices del Sena y otros beneficiarios

El Congreso de la República reanudó el debate de la reforma laboral impulsada por el Gobierno Nacional, luego de varios meses de estancamiento.

A partir del miércoles 11 de junio, el Senado retomó la discusión de uno de los proyectos legislativos más relevantes del actual periodo.

Entre los avances registrados se encuentra la aprobación del artículo 23, el cual establece una modificación sustancial al modelo de vinculación entre el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y los aprendices que participan en procesos de formación.

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El contenido del artículo aprobado redefine el contrato de aprendizaje como un contrato laboral especial de duración determinada, el cual será regulado conforme a las disposiciones del Código Sustantivo del Trabajo.

Esta nueva tipología contractual contempla la obligación de reconocer al aprendiz todas las prestaciones sociales previstas por la ley, incluyendo primas, vacaciones, cesantías, intereses sobre cesantías y auxilio de transporte.

De acuerdo con el texto avalado en la plenaria del Senado, el contrato será celebrado entre una persona natural que recibe formación teórico-práctica en una institución habilitada y una empresa patrocinadora que deberá proporcionar los recursos necesarios para que el aprendiz desarrolle competencias laborales en un entorno real.

Esta relación podrá extenderse hasta por un período máximo de tres años, siempre que la empresa reciba al aprendiz en áreas operativas, administrativas, financieras o comerciales, propias de su actividad económica. Como contraprestación, el aprendiz recibirá un apoyo económico mensual.

La reforma define también los montos del sostenimiento mensual que deberá ser entregado a los aprendices en cada etapa del proceso formativo.

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Durante la fase lectiva, el apoyo económico será equivalente al 75 % del salario mínimo legal mensual vigente, lo que actualmente representa un valor cercano a $1.067.300.

En la etapa práctica, el pago ascenderá al 100 % del salario mínimo, es decir, aproximadamente $1.300.000, de acuerdo con los valores proyectados para 2025.

Este nuevo esquema representa una transformación con respecto al modelo anterior, que otorgaba al aprendiz una figura jurídica no laboral y cuya remuneración era inferior, sin el reconocimiento de prestaciones sociales.

Ahora, además del componente económico, las empresas patrocinadoras tendrán la obligación de afiliar a los aprendices al sistema de seguridad social, incluyendo salud, pensión y riesgos laborales.

Esto implica que, a partir de la entrada en vigencia de la reforma, los jóvenes vinculados mediante este mecanismo contarán con una cobertura integral durante su proceso de formación.

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La decisión adoptada por el Senado fue valorada por el director general del Sena Jorge Eduardo Londoño Ulloa, quien calificó la aprobación del artículo como un logro para el sistema nacional de formación técnica y tecnológica.

Londoño destacó la participación activa de miles de jóvenes que, mediante movilizaciones, exigieron condiciones contractuales que garantizaran estabilidad y acceso a derechos laborales. También resaltó el respaldo del presidente Gustavo Petro y de los congresistas que apoyaron la iniciativa.

El director del Sena mencionó igualmente que con la aprobación del artículo se elimina una exención normativa que anteriormente limitaba la posibilidad de monetizar el contrato de aprendizaje. 

Según explicó, esta derogación permitirá que más jóvenes, especialmente provenientes de sectores vulnerables, puedan ingresar o continuar en procesos de formación sin verse obligados a abandonar el programa por razones económicas.

La aprobación en el Senado no representa aún la entrada en vigencia definitiva del artículo. El trámite legislativo establece que, tras su votación en la Cámara Alta, el proyecto debe ser conciliado con el texto aprobado previamente por la Cámara de Representantes, proceso que deberá concluir antes del 20 de junio, fecha límite para la culminación de la actual legislatura.

La transformación del contrato de aprendizaje representa uno de los ajustes más significativos en la reforma laboral propuesta por el Ejecutivo.

Este cambio plantea una redefinición del rol de los aprendices dentro del mercado laboral colombiano, y reconfigura las obligaciones de las empresas patrocinadoras al asumir responsabilidades similares a las que se exigen frente a trabajadores regulares.

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