Estado colombiano pide perdón por 35 falsos positivos

El Estado colombiano ha asumido su responsabilidad en la muerte de 35 civiles en Antioquia, víctimas de ejecuciones extrajudiciales conocidas como falsos positivos. 

Este reconocimiento se realizó en un acto donde el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y el comandante del Ejército, general Luis Emilio Cardozo, ofrecieron disculpas públicas en nombre del Estado por los hechos. Se reconoció la omisión de las instituciones al no investigar ni sancionar a los responsables.

Las víctimas, civiles inocentes, fueron injustamente acusadas de guerrilleros y delincuentes, y ejecutadas por miembros de la fuerza pública. 

Lea también (Presupuesto Nacional 2025 se salva luego que comisiones económicas se levantaran de sesión)

El evento se llevó a cabo en el Museo Casa de la Memoria en Medellín, en cumplimiento de sentencias judiciales que ordenaron esta forma de reparación a las familias. 

Durante el acto, se nombraron uno a uno a los fallecidos, cuyas imágenes fueron proyectadas en fotografías, camisetas y pantallas, como una manera de preservar su memoria.

Los familiares de las víctimas, presentes en el acto, recordaron a sus seres queridos con dolor y tristeza. Expresaron su frustración por la falta de justicia y la indiferencia de las instituciones durante años. 

Aunque hablaron de sanación, también manifestaron la dificultad de perdonar, exigiendo que se tomen medidas para evitar que hechos similares vuelvan a ocurrir y que se cumpla con las indemnizaciones pendientes para muchas de las familias afectadas.

Le puede interesar (Proceso contra Álvaro Uribe tendrá prioridad en el Tribunal Superior de Bogotá por riesgo de prescripción)

Uno de los casos que resalta es el de Darwin Andrés Sánchez, Carlos Mario Llano Sánchez y Gustavo Adolfo Cardona Alzate, tres jóvenes que fueron asesinados en 1998 mientras regresaban de unas vacaciones en Cartagena. 

Los paramilitares los capturaron y entregaron a soldados, quienes los mataron y los presentaron como guerrilleros caídos en combate. Las familias de los jóvenes lucharon durante más de 15 años para conocer la verdad y darles una sepultura digna.

En el evento, María Consuelo García, madre de Darwin Andrés Sánchez, compartió la historia de su hijo y sus amigos. Recordó cómo, tras su muerte, los cuerpos fueron enviados al cementerio de Zaragoza, donde fueron sepultados como no identificados. La justicia tardó en dar respuestas, y las familias enfrentaron años de dolor e incertidumbre.

Otras noticias