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Informe de inteligencia: expansión de grupos armados y debilitamiento militar en Catatumbo
Pormenores del reporte oficial sobre causas del conflicto en la zona.
Un reciente informe de inteligencia ha revelado que la escalada de violencia en la región del Catatumbo está estrechamente vinculada al crecimiento de grupos armados ilegales y a una significativa reducción de los efectivos militares del Ejército colombiano.
Este documento, divulgado por medios nacionales, expone la preocupante transformación del panorama de seguridad en Colombia, con un fortalecimiento evidente del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y otras organizaciones criminales, mientras el Estado enfrenta limitaciones operativas y estructurales.
Aumento de los grupos armados ilegales
Entre 2023 y 2024, el número de integrantes en estructuras armadas ilegales experimentó un aumento del 14 %, pasando de 18.334 a 21.201. El ELN, en particular, incrementó su número de combatientes de 5.880 en 2022 a 6.300 en 2024, consolidando su presencia en zonas clave como el Catatumbo, Arauca y la región del Pacífico.
Este crecimiento ha sido acompañado de una estrategia de expansión territorial que ha desplazado a otros actores armados y reforzado el control en áreas estratégicas.
Además del ELN, otras estructuras como las disidencias de las FARC, el Clan del Golfo y la Segunda Marquetalia han incrementado su influencia. El Clan del Golfo, por ejemplo, duplicó sus filas en los últimos seis años, alcanzando más de 7.300 integrantes en 2024.
Estas cifras reflejan un cambio en el equilibrio de fuerzas en los territorios más afectados, donde el control estatal parece haberse debilitado de forma significativa.
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Deterioro del Ejército colombiano
La capacidad operativa del Ejército ha disminuido notablemente. Según el informe, los efectivos militares se redujeron de 242.350 en 2012 a 177.800 en 2024, lo que representa una contracción del 26 %.
Este descenso se debe, entre otras razones, a la falta de recursos para el mantenimiento de equipos esenciales, como los helicópteros MI-17, y la salida de personal especializado en inteligencia.
A estos factores se suman casos de corrupción que han debilitado la disciplina interna. Según un alto oficial citado por medios nacionales, algunos comandantes han aceptado sobornos de grupos ilegales, lo que afecta la capacidad de respuesta de las fuerzas armadas y mina los valores de la institución.
Impacto en las regiones más afectadas
Actualmente, en Colombia operan 11 frentes de guerra activos, concentrados en regiones como el Catatumbo, Arauca, el Bajo Cauca antioqueño y el Pacífico.
En el Catatumbo, los enfrentamientos entre el ELN y las disidencias de las FARC han dejado un saldo de más de 100 muertos y 11.000 desplazados en las últimas semanas. Según informes, el ELN ha movilizado combatientes desde Arauca, incluso utilizando rutas a través de Venezuela, para intensificar su ofensiva en la zona.
En el norte del Cauca, la falta de alianzas entre los grupos armados ha derivado en escenarios de guerra total, agravando aún más la situación de la población civil.
Respuesta estatal e impacto humanitario
Ante la crisis en el Catatumbo, la gobernación de Norte de Santander declaró la emergencia humanitaria mediante los decretos 0042 y 0043, con el objetivo de movilizar recursos para atender a las más de 20.000 personas desplazadas y garantizar asistencia a los afectados. Estas medidas incluyen la distribución de alimentos, medicinas, colchonetas y ropa para mitigar el impacto de la violencia.
El presidente Gustavo Petro señaló al ELN como principal responsable de la crisis en la región, afirmando que es prioritario proteger a la población del Catatumbo. Sin embargo, la solución a esta problemática exige medidas integrales que incluyan el fortalecimiento de las capacidades del Ejército, la lucha contra la corrupción y la ampliación de la presencia estatal en las zonas más vulnerables.
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