Análisis de OCDE: Inflación y tasas de interés amenazan recuperación económica global

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, una entidad compuesta por 38 países miembros, ha emitido recientemente una actualización de sus proyecciones económicas. El análisis apunta a un delicado proceso de recuperación económica a escala global, el cual se espera avance a lo largo del año en curso y el próximo. Sin embargo, esta evolución se ve amenazada por una inflación que continúa obstaculizando el consumo doméstico y tasas de interés que frenan la expansión.

La organización ha revisado al alza sus proyecciones de crecimiento para este año, pasando del 2,2% estimado en noviembre a un 2,7%. Se anticipa una ligera aceleración en 2024, llegando a un 2,9% de crecimiento. Sin embargo, estas cifras son modestas comparadas con los números previos a la pandemia, cuando el crecimiento global promedio entre 2013 y 2019 alcanzaba un 3,4%, según reportó AP News.

El secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, ha confirmado que la economía global muestra signos de recuperación. Aunque el ritmo de esta evolución sigue siendo frágil y está sujeto a numerosos riesgos, existe la esperanza de que se materialice una recuperación hacia 2023 y 2024. A pesar de ello, Cormann ha enfatizado que se trata de una recuperación a un bajo crecimiento global.

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Entre las amenazas que ensombrecen el horizonte económico figuran la escalada del conflicto ruso-ucraniano, los problemas de deuda en los países en desarrollo, y los potenciales efectos adversos de las subidas rápidas de las tasas de interés en bancos e inversores. Estas amenazas, junto con el reciente auge de los precios de la energía asociado a la invasión rusa de Ucrania y los efectos residuales de la pandemia de Covid-19 hacen que la recuperación sea incierta.

Pese a los riesgos, se observan algunas señales positivas. Los precios de la energía han vuelto a sus niveles previos a la invasión rusa de Ucrania, lo cual ha ayudado a aliviar la presión inflacionaria. Además, la reapertura de China tras las medidas drásticas contra la pandemia ha dado un impulso a la actividad económica global.

A pesar de estas señales positivas, la OCDE advierte sobre la persistencia de la inflación subyacente, que excluye los precios volátiles de la energía y los alimentos. Esto se debe a que muchas empresas están elevando sus precios para incrementar sus beneficios, y los trabajadores están presionando por salarios más altos en un entorno de desempleo relativamente bajo.

Para finales de este año, la OCDE espera que la inflación disminuya a un 5,2%, comparado con el 7,8% registrado al cierre del año pasado en el Grupo de los 20, que representan más del 80% de la economía global. Se espera que la inflación en Estados Unidos se sitúe en el 3,2% para el último trimestre.
 

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