Ataque letal al noroeste de Pakistán, dejando 35 muertos y más de 100 heridos

Un mortífero estallido de una bomba marcó un sangriento final a un mitin político en el noroeste de Pakistán este domingo, llevándose la vida de al menos 35 personas y dejando más de 100 heridos, según los funcionarios locales y las fuerzas de seguridad.

El ataque se produjo en el distrito de Bajur, fronterizo con Afganistán, donde un líder musulmán de línea dura, Maulana Fazlur Rehman, estaba previsto hablar en una manifestación de simpatizantes.

La sala de emergencias del hospital principal de Khar se transformó en una escena de caos y desesperación cuando los heridos comenzaron a llegar. Azam Khan, jefe de la sala, confirmó que habían recibido 35 cadáveres y más de 100 personas heridas.

El alto funcionario del gobierno, Mohibullah Khan Yousufzai, validó el saldo de víctimas, además de informar que los heridos más graves estaban siendo trasladados por aire a la capital provincial, Peshawar, para recibir un tratamiento médico más avanzado.

El silencio se cernía sobre la responsabilidad del ataque, ya que nadie lo había reivindicado hasta el momento.

Nazir Khan, alto oficial de policía, indicó que la convención de trabajadores del partido Jamiat Ulema-e-Islam de Rehman se estaba desarrollando en las afueras de Khar, la capital del distrito de Bajur, cuando la bomba estalló. Akhtar Hayat Gandapur, inspector general de policía de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa, agregó que la explosión tuvo lugar antes de la llegada del líder del partido.

Las sospechas se dirigen hacia el grupo armado Tehrik-e Taliban Pakistan (TTP), según informó Kamal Hyder de Al Jazeera desde Islamabad. A pesar de que se ha confirmado que el ataque fue un atentado suicida, aún no se ha establecido oficialmente quién está detrás del hecho.

Maulana Fazlur Rehman, conocido como un clérigo pro-talibán, y su partido político son parte del gobierno de coalición en Islamabad. En todo el país se están organizando reuniones con el objetivo de movilizar a los simpatizantes de cara a las próximas elecciones de octubre.

Esta tragedia pone de manifiesto la volátil situación política y de seguridad que se vive en Pakistán a medida que se acercan las elecciones, subrayando la tensión y el desafío que enfrenta el país en su camino hacia la democracia.

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