Delincuentes en México clonan camperos militares para actividades ilegales

El crimen organizado ha comenzado a replicar los Jeeps Rubicon utilizados por el Ejército Mexicano como una estrategia para expandir su influencia en el estado de Guerrero, aprovechando su capacidad todo terreno y su apariencia oficial para desplazarse por la región y confundir a la población.

El interés en estos vehículos se intensificó después de que fueran utilizados durante la emergencia causada por el huracán Otis para llegar al puerto de Acapulco, lo que llamó la atención de grupos delictivos locales.

Específicamente, tras un enfrentamiento con La Familia Michoacana en San Miguel Totolapan, Los Tlacos exhibieron un video en el que se muestra un convoy de sus sicarios liderado por un Jeep Rubicon militar falsificado.

Estas réplicas, pintadas de verde olivo y con la inscripción "Ejército Mexicano" en las puertas, son fácilmente accesibles para los criminales, quienes pueden adquirirlas, robarlas o replicarlas con relativa facilidad. Sin embargo, carecen de ciertas características distintivas de los vehículos militares, como faros antiniebla, bidón de combustible extra, canastilla portaequipaje y cabrestante o winch.

Expertos en seguridad como Armando Rodríguez señalan que esta práctica es novedosa en Guerrero, donde la clonación de uniformes y vehículos militares solía ser más común en el norte del país, en manos de cárteles como el Cártel del Golfo, Cártel del Noreste, Los Zetas y el Cártel de Sinaloa.

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El uso de vehículos falsificados con insignias militares permite a los criminales moverse con relativa libertad por las carreteras y territorios, evitando ser detectados por las fuerzas de seguridad y sembrando confusión entre la población y sus rivales.

Se insta a la Fiscalía General de la República (FGR) a investigar estos casos de clonación de vehículos militares para determinar cómo están siendo utilizados por grupos como Los Tlacos.

Esta estrategia de clonación no es nueva en el panorama del crimen organizado en México. En el pasado, el Cártel del Noreste, una escisión de Los Zetas, empleó tácticas similares para expulsar a la Armada de Nuevo Laredo, Tamaulipas, una ciudad estratégica en el trasiego de drogas hacia Estados Unidos.

El más reciente incidente registrado ocurrió el 7 de enero de 2024, durante un enfrentamiento entre integrantes del CJNG y oficiales de la Guardia Nacional en Zinapécuaro, Michoacán, donde los civiles armados iban a bordo de camionetas clonadas de la misma institución, así como de una camioneta falsificada de la Fiscalía General del Estado.

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