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Columnista Ramiro Bejarano cuestiona duramente el estilo de gobierno del presidente Gustavo Petro

Advierte que el diálogo con su administración es inviable

bejarano columna 15 junio
Por Agencia Periodismo Investigativo | Dom, 15/06/2025 - 20:34 Créditos: Ramiro Bejarano

En una columna de opinión publicada este domingo en el diario El Espectador, el abogado y académico Ramiro Bejarano criticó con severidad al presidente Gustavo Petro, calificando como inviable cualquier intento de interlocución con su gobierno.

Bajo el título “Diálogo de sordos”, el jurista expone su postura frente a lo que describe como una administración cerrada al debate y carente de disposición para tramitar las diferencias democráticamente.

Según Bejarano, ha quedado demostrado que no existe posibilidad de entablar un diálogo efectivo ni con el mandatario ni con los miembros de su gabinete.

A su juicio, el problema no radica en desconocer la legitimidad del presidente como jefe de Estado, sino en la ausencia de voluntad de su parte para escuchar o debatir con quienes no se alinean incondicionalmente con sus posturas.

El columnista rechaza la tesis según la cual criticar al gobierno equivale a estar en contra de los sectores populares, y sostiene que este argumento solo busca invalidar el disenso legítimo.

El autor de la columna centra parte de su reflexión en el atentado contra el senador Miguel Uribe Turbay ocurrido el pasado 7 de junio, un hecho que, según sostiene, llevó a Petro a moderar parcialmente el tono de sus intervenciones públicas.

Sin embargo, advierte que dicho cambio fue superficial, ya que el mandatario no ofreció disculpas a las personas y sectores a los que ha venido atacando públicamente, entre ellos la oposición política, la prensa, la judicatura y diversos columnistas.

Bejarano critica además el reciente acto presidencial en Cali, donde Petro firmó el decreto que convoca una consulta popular para respaldar su reforma laboral. Califica ese decreto como “inconstitucional e ilegal” y cuestiona que el presidente haya utilizado la ciudad, la cual —según afirma— ha sido ignorada por el mismo gobierno, para anunciar una iniciativa que amenaza con convertirse en un instrumento de presión contra el Congreso si no aprueba las reformas del Ejecutivo.

La frase “la consulta va porque va”, que el presidente ha reiterado públicamente, es citada en la columna como prueba del talante autoritario que Bejarano atribuye al mandatario.

El académico sostiene que resulta imposible confiar en un jefe de Estado que dice querer calmar sus discursos, pero que en la práctica persiste en una actitud de confrontación y manipulación de la información.

Asegura que el presidente no está interesado en encontrar consensos ni en procesar las diferencias mediante mecanismos institucionales, sino únicamente en imponer su visión a toda costa.

A partir de este diagnóstico, concluye que Petro gobierna “solo y sin escuchar a nadie que no se le arrodille”.

Uno de los blancos principales de la crítica es el exfiscal general y actual ministro sin cartera, Eduardo Montealegre, de quien Bejarano sostiene que, a pesar de ocupar un cargo en el gobierno, ha evitado firmar decretos para sustraerse de responsabilidades jurídicas.

Según el columnista, esta estrategia busca protegerlo de eventuales denuncias por prevaricato y abuso de funciones, situación distinta a la de otros funcionarios que ya enfrentan procesos en la Procuraduría.

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El autor refuta además los argumentos expuestos por Montealegre para cuestionar el trámite del rechazo de la consulta popular en el Senado. Entre los señalamientos que considera infundados, menciona la supuesta violación de la Constitución por no haberse leído el texto de la consulta, la rapidez en la votación, el cambio del voto por parte de un congresista, la ausencia de verificación del quórum y el tratamiento de una apelación presentada por la senadora María José Pizarro. Bejarano considera estas objeciones como inconsistentes y sin sustento jurídico.

La columna cierra con la tesis de que, bajo el actual panorama, el gobierno ha perdido la posibilidad de entablar un diálogo genuino con quienes piensan distinto, al haber convertido el ejercicio del poder en un monólogo que excluye deliberadamente toda forma de crítica o disenso.

Con este pronunciamiento, Ramiro Bejarano se suma a las voces que, desde diversos sectores políticos y académicos, han expresado preocupación por la forma en que el Ejecutivo tramita sus reformas y por el estilo de confrontación que ha caracterizado el discurso del presidente Petro en medio de un ambiente institucional cada vez más tenso.

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