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Enrique Peñalosa responde a las críticas de ministro de Educación Daniel Rojas por humedales de Bogotá

El exalcalde confrontó al funcionario.

Enrique Peñalosa exalcalde de Bogotá
Por Agencia Periodismo Investigativo | Mié, 23/10/2024 - 20:30

Un nuevo episodio en la controversia sobre las políticas medioambientales en Bogotá surgió tras las acusaciones del ministro de Educación, Daniel Rojas, dirigidas al exalcalde Enrique Peñalosa.

El funcionario responsabilizó a Peñalosa de causar un “daño irreversible” a los humedales de la ciudad, en particular al humedal Juan Amarillo, también conocido como Tibabuyes, durante sus periodos de gobierno en los años 1998-2000 y 2016-2019.

Este cruce de declaraciones reavivó el debate sobre la relación entre el desarrollo urbano y la preservación de los ecosistemas en la capital.

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Rojas, a través de la plataforma X, amplificó las críticas expresadas por el activista ambiental Daniel Bernal, quien ha defendido constantemente la protección de los humedales de la ciudad.

Bernal sostiene que las políticas de urbanización durante la administración de Peñalosa no solo ignoraron la conservación ambiental, sino que también alteraron las áreas naturales al transformar sectores como el humedal Juan Amarillo, mediante la incorporación de infraestructuras que, según él, modificaron el equilibrio ecológico del lugar.

Rojas afirmó que el “daño que Peñalosa le hizo a Bogotá es invaluable e irreversible”, comentario que desató múltiples reacciones en redes sociales. La crítica se centró en las políticas de “restauración ecológica” que incluyeron la construcción de ciclovías y parques en zonas consideradas ambientalmente sensibles, lo que, según los detractores, perjudicó gravemente los humedales.

Ante estas acusaciones, Peñalosa utilizó la misma red social para responder. En un hilo de mensajes, el exalcalde defendió su gestión, ofreciendo una descripción detallada de las intervenciones realizadas en el humedal Juan Amarillo.

Peñalosa se dirigió a Rojas como un "ministrico" que recurre a las groserías para “sentirse grande” y justificó las obras hechas en la zona del humedal.

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Según explicó, la intervención en la parte oriental del humedal se realizó en áreas que anteriormente estaban ocupadas por potreros y barrios, los cuales fueron comprados y demolidos por su administración.

Peñalosa mostró imágenes del proceso de creación de una laguna artificial en el área, argumentando que estas intervenciones eran necesarias para evitar una urbanización descontrolada en la zona y permitir a las comunidades cercanas disfrutar de espacios recreativos.

También rechazó las críticas sobre la "piscina de cemento", defendiendo que el humedal no era un espacio natural previo a su intervención, sino que fue parte de un proyecto para descontaminar el río y crear espacios públicos.

Según Peñalosa, el enfoque de su gobierno era mejorar la calidad de vida de los ciudadanos mediante la construcción de infraestructura que además evitara la expansión desordenada de la ciudad. Argumentó que las acusaciones de los ambientalistas, respaldadas por el ministro Rojas, no tenían fundamento.

El humedal Tibabuyes ha sido un punto central en las controversias ambientales en Bogotá desde la primera administración de Peñalosa. Colectivos como la Red de Humedales han criticado duramente las políticas de urbanización en áreas protegidas, formándose como respuesta directa a lo que consideraron una amenaza a la preservación de los ecosistemas.

Mauricio Castaño, líder de la Red, recordó que proyectos que se presentaron bajo la bandera de “restauración ecológica” incluyeron la tala de árboles y no lograron cumplir con los objetivos de descontaminación, como fue el caso del humedal de Córdoba.

Uno de los ejemplos más mencionados por los ambientalistas es la transformación del humedal Tibabuyes, donde se realizaron obras civiles que, según los críticos, priorizaron la creación de espacios para deportes náuticos sobre las funciones ecológicas del lugar. Este tipo de intervenciones, según los opositores, ignoró la importancia de los humedales como reguladores ambientales.

Por su parte, Peñalosa ha sostenido que las políticas implementadas eran necesarias para recuperar áreas degradadas y ocupadas ilegalmente, argumentando que los proyectos de parques y ciclovías no solo beneficiaron a las comunidades locales al ofrecer espacios públicos de calidad, sino que también contribuyeron a frenar el deterioro ambiental. Sin embargo, los críticos insisten en que las obras no lograron mitigar el impacto sobre los ecosistemas y, en algunos casos, incluso lo empeoraron.

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