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María Carolina Hoyos, entre el dolor y la fe tras la muerte de su hermano Miguel Uribe
La exviceministra recordó momentos íntimos con el senador, quien murió tras un atentado en campaña, y aseguró que su fortaleza proviene de la fe y del amor familiar que lo rodeó en vida.

En una emotiva entrevista con La W, María Carolina Hoyos rompió el silencio sobre la muerte de su hermano, el senador Miguel Uribe, víctima de un atentado durante un acto de campaña el pasado 7 de junio. Con la voz entrecortada, recordó que había imaginado un final diferente, visualizando el momento en que él saldría de la clínica de la mano de su hijo Alejandro, su esposa María Claudia y sus hijas.
“Si mi mamá y mi abuela estuvieran acá esta historia sería distinta, nunca imaginé hablar de la despedida de mi hermano Miguel, me duele enormemente”, expresó.
Recordó con especial cariño la llegada de Miguel a la familia, desde las ecografías hasta las compras de ropa, describiéndolo como “un niño muy esperado”. “Era mi Miguel, reemplacé mis muñecas por este príncipe y decirle adiós es muy doloroso”, dijo.
Sobre Alejandro, de 4 años, aseguró que “nunca estará solo” y que contará con el apoyo de su madre, hermanas y abuelo.
El senador permanecerá en cámara ardiente en el Capitolio Nacional hasta el miércoles 13 de agosto al mediodía, cuando se realicen las exequias en la Catedral Primada. Luego, sus restos reposarán en el Cementerio Central, “al lado de muchos grandes”.
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María Carolina también evocó su libro ‘Desde el fondo del mar’, escrito tras el asesinato de su madre, y dijo que está aplicando esas lecciones para afrontar este nuevo duelo. Comparó este proceso con el buceo: “Los buzos nunca bajamos a las profundidades del mar solos; lo mejor es tomarse de la mano de quienes nos quieren”.
Sostuvo que su fuerza proviene de la fe en Dios, en San Chárbel y en la Virgen María, aunque admite que no siempre entiende los designios divinos. “Probablemente, aunque todos oramos por Miguel, los grandes sabían que el mejor lugar para él era en el cielo”, reflexionó.
Entre lágrimas, recordó que le faltó tiempo para compartir más con su hermano: “Pensé que Miguel me iba a enterrar a mí, no yo a él”.
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