Dos hombres asesinados en parque central de El Plateado: investigan a frente Carlos Patiño

En las últimas horas dos personas fueron asesinadas en el parque central del corregimiento de El Plateado, jurisdicción del municipio de Argelia, en el departamento del Cauca.

El hecho se produjo en un espacio público concurrido, en presencia de la comunidad, y según información reservada estaría relacionado con órdenes directas impartidas por integrantes de la estructura armada ilegal conocida como frente Carlos Patiño, vinculada a las disidencias de las Farc.

Las ejecuciones habrían sido perpetradas por cuatro hombres identificados por sus alias como Jefferson, Anyelo, Ñangaro y Flaco, todos miembros activos de dicha organización armada.

La acción habría sido coordinada y autorizada por alias Kevin, señalado como uno de los principales mandos del frente, en cumplimiento de directrices previamente definidas por alias Zamora, nombre de guerra de Jhon Alexander Jiménez Marín, quien lidera la compañía Fardey Díaz, considerada una de las células operativas más activas dentro de la estructura Carlos Patiño.

Los dos hombres asesinados habrían sido, según versiones preliminares, integrantes de la Segunda Marquetalia, una facción disidente en conflicto con el frente Carlos Patiño.

Entre los fallecidos estaría una persona conocida con el alias de José Luis. En el mismo hecho, tres personas más resultaron heridas.

Las primeras hipótesis apuntan a una represalia relacionada con hechos violentos ocurridos el día anterior, que habrían afectado a integrantes de la facción que domina la zona del Cañón del Micay.

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La operación armada se produjo en un contexto de alta tensión en la región, que en los últimos días ha sido escenario de varias acciones ilegales por parte del mismo grupo insurgente.

Entre los acontecimientos recientes, destaca la retención de 31 militares en el municipio de El Tambo, también en Cauca. Se trata de 29 soldados y dos suboficiales que fueron rodeados por civiles presuntamente organizados y movilizados por el frente Carlos Patiño, según confirmaciones de las autoridades militares.

La estructura criminal comandada por alias Zamora mantiene presencia activa en El Plateado y zonas rurales aledañas, como San Juan de Mechengue y Honduras, donde se ha consolidado como un actor armado con dominio sobre rutas estratégicas de movilidad y protección de cultivos de uso ilícito.

Además de ejercer control territorial, se le atribuye la planificación y ejecución de ataques armados contra fuerzas estatales, asonadas contra programas oficiales de erradicación y acciones destinadas a impedir el desarrollo de operaciones como la denominada “Operación Perseo”.

Alias Zamora es señalado como responsable de coordinar redes de apoyo logístico, grupos armados móviles y movilizaciones de comunidades, en ocasiones instrumentalizadas para oponerse a la presencia de la fuerza pública.

Según fuentes reservadas consultadas por este medio, tiene en su contra al menos seis órdenes de captura vigentes, emitidas por diferentes despachos judiciales, por delitos como homicidio agravado, concierto para delinquir, fabricación, tráfico y porte de armas de fuego de uso privativo de las Fuerzas Militares y utilización ilegal de uniformes de uso exclusivo de las autoridades.

Dentro de la estructura jerárquica del frente Carlos Patiño, alias Kevin mantiene el control general de las operaciones. Bajo su coordinación actúan mandos intermedios como alias Rayo, alias Tabares y alias Giovanny Armero, con quienes se distribuyen zonas de influencia y tareas tácticas.

La prioridad operativa de estos mandos ha sido consolidar control en territorios donde se desarrollan economías ilegales, garantizar corredores de movilidad para actividades de narcotráfico y ejecutar acciones de presión contra instituciones estatales y organizaciones sociales que colaboran con la institucionalidad.

El asesinato público de los dos presuntos miembros de una facción rival representa una demostración de fuerza de la estructura armada, dirigida no solo a neutralizar adversarios sino a ejercer dominio simbólico sobre el territorio.

Según el análisis preliminar de organismos de inteligencia militar, estos hechos configuran una estrategia de imposición del control armado por medio del uso de la violencia directa y la exposición pública del castigo, lo que incrementa los niveles de temor y retraimiento comunitario.

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