Segunda Marquetalia estaría dividida por conflicto interno

La organización disidente Segunda Marquetalia enfrenta una seria fractura interna tras el conflicto entre su líder Iván Márquez y dos de sus principales aliados: los Comandos de Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico. Este cisma ha dejado a la estructura armada sin un corredor estratégico clave para el narcotráfico, lo que podría costarle hasta US$3 millones mensuales, provenientes de actividades ilícitas en Colombia y Venezuela.

Según informes de Inteligencia Militar y fuentes desmovilizadas, la Segunda Marquetalia tiene cerca de 2.000 miembros, de los cuales el 60% se encuentra en Venezuela, distribuidos en diversos estados como Zulia, Táchira, y Apure. En Colombia, operan en zonas clave como Cauca, Nariño, y Putumayo, donde controlan cultivos de coca y rutas de narcotráfico hacia el Pacífico y el Caribe.

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Con la ruptura, los Comandos de Frontera, liderados por Giovanny Rojas, y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, bajo el mando de Allende Perilla, se han distanciado de Iván Márquez, poniendo en riesgo la continuidad de su estructura operativa y política. Esta división, además de debilitar el control sobre el narcotráfico, podría generar una guerra interna, similar a la que atraviesa el Estado Mayor Central, otra facción disidente de las Farc.

La fractura dentro de la Segunda Marquetalia también ha revelado profundas tensiones internas. A finales de octubre, el consejero de paz Otty Patiño divulgó rumores sobre la muerte de Iván Márquez, lo que desencadenó aún más incertidumbre entre sus seguidores. A pesar de los intentos del gobierno colombiano por verificar la información, los delegados del grupo en la mesa de paz no pudieron confirmar el rumor debido a la desconexión de su líder. 

La división también tiene implicaciones políticas importantes. Los Comandos de Frontera y la Coordinadora Guerrillera del Pacífico, al desligarse de la Segunda Marquetalia, han expresado su voluntad de continuar con las negociaciones de paz y rechazan el nombre del grupo de Iván Márquez. Este distanciamiento podría cambiar la dinámica de las negociaciones con el gobierno colombiano y afectar la estabilidad de la disidencia. 

La tensión entre los grupos en Colombia y los de Venezuela podría intensificar los enfrentamientos internos, lo que dejaría a Iván Márquez en una posición aún más vulnerable, sin el respaldo total de sus antiguos aliados. A pesar de los esfuerzos de Márquez por mantener su influencia, la escisión política y territorial es evidente, y la futura viabilidad de la organización depende de cómo se reconfiguren las lealtades dentro de la disidencia.

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