Violencia, coca y diálogos rotos: así cerró 2025 la ‘Paz Total’ del Gobierno Petro

El 2025 cerró como un año en el que Colombia volvió la mirada a su historia reciente, preguntándose si estaba repitiendo ciclos que parecían superados. En las últimas semanas, el país revivió tomas armadas a pueblos en el Cauca que se prolongaron durante toda la noche.

Las cifras refuerzan esa percepción. El año deja más de 1.200 ataques terroristas y 559 secuestros, delitos que muchos creían relegados al pasado. A ello se sumó, desde junio, un pico de violencia marcado por el atentado mortal contra Miguel Uribe Turbay en Bogotá, que estremeció al país.

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El balance también incluye un escenario crítico en materia de drogas. Colombia terminó con aumento de cultivos de coca, al punto de que Estados Unidos descertificó al país en la lucha contra el narcotráfico, una medida que no se adoptaba desde el gobierno de Ernesto Samper. En este contexto, tomó fuerza el cuestionamiento sobre cómo hablar de una “potencia mundial de la vida” en medio de escenarios violentos y persistentes.

Estadísticas y testimonios pusieron en entredicho la promesa central del presidente Gustavo Petro, quien al llegar al poder en 2022 aseguró que desactivaría la guerra mediante su política más ambiciosa: la ‘Paz Total’. 

La estrategia se planteó como un entramado de mesas de negociación simultáneas para desmovilizar a todos los grupos armados ilegales. Sin embargo, para 2025, ni el Eln ni las disidencias del Estado Mayor Central, lideradas por alias “Iván Mordisco”, hacen parte de los diálogos.

En el caso del grupo terrorista Eln, llamado a ser el eje central de la ‘Paz Total’, el proceso quedó suspendido desde septiembre de 2024 tras un ataque de esa guerrilla contra una base militar en Arauca, que dejó dos muertos y 25 heridos. Aunque el presidente Petro anunció entonces voluntad de retomar los diálogos, la reanudación quedó en el aire: no hay calendario, objetivos ni resoluciones claras.

Entre tanto, las disidencias comandadas por alias “Calarcá” mantienen un lugar dentro de la política de ‘Paz Total’, pese a los cuestionamientos. Su permanencia no es menor, pues les otorga beneficios como el cese de operaciones militares, la suspensión de órdenes de captura y la no extradición. En paralelo, según los señalamientos, estos grupos habrían aprovechado la inacción estatal para fortalecerse, mientras el país cerraba el año con una sensación de déjà vu en materia de seguridad.

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