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Aceite de Oliva: se reduce su producción por cambio climático

Clave para la salud sufre los rigores de la destrucción paulatina del medio ambiente.

Aceite de Oliva
Por Agencia Periodismo Investigativo | Lun, 01/07/2024 - 12:19 Créditos: Pexels

La producción de aceite de oliva enfrenta serios desafíos debido al incremento de las temperaturas y la sequía que han reducido significativamente su volumen en los últimos tiempos. 

Para enfrentar estos problemas, la comunidad científica se ha volcado hacia la investigación genética. 

Durante los últimos años, se han evaluado centenares de variedades de olivos para determinar cuáles son las más resistentes al cambio climático, especialmente en lo que respecta a sus fechas de floración.

El impacto del cambio climático en las cosechas ha provocado un aumento considerable en los precios, impulsando a los expertos del sector a intensificar la búsqueda de soluciones en colaboración con la ciencia. 

Jaime Lillo, director ejecutivo del Consejo Oleícola Internacional, subrayó durante el primer Congreso Mundial del Aceite de Oliva en Madrid, que el cambio climático es una realidad que exige adaptación. 

Este evento reunió a 300 participantes y destacó las dificultades que el sector ha enfrentado debido a la disminución de la producción, resultado de las olas de calor y la sequía que afectan a los principales países productores como España, Grecia e Italia.

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Datos del Consejo Oleícola Internacional indican que la producción mundial de aceite de oliva descendió de 3.42 millones de toneladas en el periodo 2021-2022 a 2.57 millones en 2022-2023, y se prevé una nueva reducción a 2.41 millones de toneladas para 2023-2024. 

En España, el mayor productor mundial de este aceite, los precios se han triplicado desde inicios de 2021, afectando gravemente a los consumidores.

Pedro Barato, presidente de la organización interprofesional del aceite de oliva español, comparó la situación actual con las turbulencias financieras de 2008, resaltando la necesidad de prepararse para escenarios cada vez más complejos debido a la crisis climática.

Más del 90% de la producción mundial de aceite de oliva proviene de la cuenca mediterránea, una región que el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático ha identificado como un punto crítico del cambio climático, calentándose un 20% más rápido que la media global. Esto podría tener repercusiones duraderas en la producción global.

Georgios Koubouris, investigador del Instituto griego del Olivo, explicó que, aunque el olivo es una planta bien adaptada a climas secos, en condiciones de sequía extrema no produce frutos a menos que reciba un mínimo aporte de agua. 

Una de las soluciones propuestas es modificar las prácticas de riego. Juan Antonio Polo, del Consejo Oleícola Internacional, señaló la importancia de desarrollar variedades que requieran menos horas de frío en invierno y sean más resistentes a la disminución de precipitaciones en momentos clave como la primavera.

Los científicos también trabajan en mejorar el riego mediante la acumulación de agua de lluvia, el reciclaje de aguas residuales o la desalinización del agua de mar, y promoviendo técnicas de riego más eficientes como el goteo, que dirige el agua directamente a las raíces. 

Kostas Chartzoulakis, del instituto griego, sugirió la posibilidad de abandonar la producción en zonas que se vuelvan demasiado áridas y trasladarla a lugares más favorables.

Lillo concluyó con optimismo, destacando el papel de la cooperación internacional y la comunidad científica en la búsqueda de soluciones progresivas para el sector.

 

 

 

 

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