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Bogotá conmemora medio siglo de su emblemática ciclovía dominical
Historia del tradicional espacio recreativo y deportivo de la capital.
La ciudad de Bogotá celebró este domingo los 50 años de su ciclovía dominical, un espacio que desde su creación en 1974 ha transformado el uso de las calles de la capital al cerrar más de 127 kilómetros al tránsito vehicular, promoviendo la actividad física, la recreación y la interacción comunitaria. Esta iniciativa, considerada pionera en su tipo, ha llegado a convertirse en un referente internacional.
Entre las siete de la mañana y las dos de la tarde de los domingos y lunes festivos, las principales avenidas de la ciudad se habilitan exclusivamente para ciclistas, corredores, patinadores y caminantes.
Según cifras de la Alcaldía, cerca de 1,5 millones de personas participan cada semana en este evento recreativo que se ha consolidado como parte esencial de la vida en Bogotá.
La Carrera Séptima, una de las avenidas más transitadas de la ciudad durante los días laborales, se transforma los domingos en un espacio dedicado al deporte, al esparcimiento y, cada vez más, a actividades comerciales y culturales.
El origen de la ciclovía se remonta al 15 de diciembre de 1974, con base en una idea de Jaime Ortíz Mariño, cuando la organización Pro-cicla lideró un evento que convocó a más de 5.000 personas con el objetivo de incentivar el uso de la bicicleta, fomentar la recreación al aire libre y cuestionar los efectos negativos del uso excesivo de vehículos motorizados.
Dos años después, la Alcaldía institucionalizó el proyecto, asignando rutas específicas para ciclistas y peatones, lo que permitió consolidar este modelo y sentar las bases para su expansión y perfeccionamiento.
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Con el paso de los años, la ciclovía ha evolucionado hasta convertirse en un espacio multifuncional, integrando no solo el deporte, sino también actividades culturales y comerciales.
Este modelo, replicado en otras ciudades del mundo, ha contribuido a la promoción de estilos de vida saludables y a la reducción del impacto ambiental, elementos que refuerzan su importancia como parte del patrimonio urbano de Bogotá.
En el marco de la celebración de este aniversario, la ciudad ofreció actividades especiales a lo largo de las rutas establecidas, como clases de aeróbicos, presentaciones artísticas y puntos de información sobre movilidad sostenible.
Estas actividades resaltaron el impacto positivo de la ciclovía en la calidad de vida de los bogotanos y su papel como símbolo de integración social en la capital colombiana.
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