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Colombia en 2024 según la Andi: retos, recuperación y perspectivas
Un año marcado por contrastes: avances económicos moderados y desafíos estructurales que exigen una visión a largo plazo.
La Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (Andi) presentó su balance del año 2024, donde resaltó que "fue un año de desafíos complejos para Colombia y el mundo". A nivel nacional, aunque la inflación logró controlarse hasta un 5%, el crecimiento económico se situó en un modesto 1.9%, insuficiente para generar riqueza y empleo sostenibles.
Sectores clave como la minería y la industria continuaron en terreno negativo, mientras que la construcción mostró señales de recuperación gracias a proyectos de infraestructura como el Metro de Bogotá. Sin embargo, la falta de subsidios para programas como "Mi Casa Ya" genera preocupación en el sector de vivienda.
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El panorama fiscal presenta serios retos. Según Bruce Mac Master, presidente de la Andi, un déficit elevado, desbordado gasto público y una deuda creciente ponen en duda la capacidad del país para cumplir con la regla fiscal. Adicionalmente, el incremento del salario mínimo en un 11% genera presión sobre las finanzas públicas y podría afectar la informalidad laboral, que ya afecta a seis de cada 10 trabajadores colombianos.
A nivel global, las tensiones geopolíticas y económicas continúan configurando un mundo más fragmentado, con América Latina creciendo apenas al 2% frente al 5% de Asia emergente. Además, los conflictos internacionales, el ascenso de la inteligencia artificial y los cambios en el comercio mundial destacan como factores determinantes para 2025.
En el ámbito social y político, la seguridad sigue siendo una gran preocupación. Indicadores muestran aumentos en homicidios, extorsiones y ciberataques, mientras que las reformas legislativas propuestas por el Gobierno generan incertidumbre económica y política.
Estas iniciativas, percibidas como maximalistas y carentes de evaluación técnica, han complicado la toma de decisiones y aumentado la incertidumbre en sectores clave.
Pese a este complejo escenario, las ramas legislativa y judicial han jugado un papel crucial al moderar tensiones y mantener el equilibrio institucional. Para avanzar, se requiere una estrategia ambiciosa que promueva la competitividad, garantice la sostenibilidad fiscal y fomente la inversión productiva. El desarrollo de Colombia en el nuevo escenario global dependerá de su capacidad para articular reformas estructurales con una visión de largo plazo.
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