Grave afectación al transporte en la costa: Concesionario Rutas del Caribe no aguantó y se va del proyecto 

El proyecto de infraestructura vial Autopistas del Caribe, que incluía la mejora de aproximadamente 253 kilómetros de la vía Cordialidad, enfrenta una fase de terminación debido a la falta de cierre financiero. 

Esta decisión, anunciada por el Ministro de Transporte, William Camargo, surge tras identificar un desequilibrio significativo en los ingresos de la concesión, lo que ha llevado a un consumo de los recursos de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) más allá de sus capacidades financieras.

Y es que construir obras de  de este tipo pueden llegar a tardar más de cinco años en consolidarse. Se pierden al menos $4,3 billones en inversión para la región, más de siete mil empleos. Además de iniciativas de responsabilidad social y los líos contractuales que allí se derivan. 

El ministerio y la concesionaria ahora deben revisar y desactivar ciertas funciones y obligaciones previstas en el contrato, manteniendo únicamente operaciones esenciales de mantenimiento. 

Este giro en los acontecimientos no solo afecta a la región Caribe sino que tiene repercusiones en todo el territorio colombiano, impactando la competitividad regional, el crecimiento económico, el empleo, la inversión extranjera directa, y la calidad de vida de los ciudadanos.

La concesión Autopistas del Caribe ha sido un participante activo en la comunidad, ofreciendo apoyo en diversos frentes sociales y ambientales, lo que subraya la magnitud de la interrupción de este proyecto. 

A pesar de los esfuerzos conjuntos entre la concesión y la ANI para desarrollar propuestas integradoras y justas para la comunidad, como la establecida para Turbaco en 2022, el cese del proyecto marca un punto de inflexión crítico para la infraestructura vial en la región.

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Este acontecimiento invita a una profunda reflexión sobre el modelo de financiación de proyectos de infraestructura en Colombia, especialmente aquellos que dependen en gran medida de los ingresos por peajes. 

Además, la continuidad de los peajes, sin la expansión de nuevas vías, plantea preguntas sobre la estrategia a largo plazo para el desarrollo y mantenimiento de la infraestructura vial en Atlántico y Bolívar.

La terminación anticipada de Autopistas del Caribe resalta la necesidad de replantear enfoques hacia las iniciativas de infraestructura, considerando modelos financieros más robustos y sostenibles que no solo se enfoquen en la viabilidad económica sino también en el bienestar social y el desarrollo regional. 

La reacción del representante a la Cámara por el Atlántico, Modesto Aguilera, subraya la urgencia de un compromiso gubernamental más fuerte con la inversión en infraestructura en regiones que requieren un impulso significativo para su desarrollo y progreso económico.

“Señor presidente, deje de jugar sucio con nuestra región, el Caribe al igual que el Amazonas y parte del Pacífico son zonas olvidadas en donde por precisamente no hacer inversiones de ese tipo no se ha podido generar desarrollo económico”, le manifestó el congresista a El Heraldo.

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