Buques de guerra de EE. UU. se aproximan a las costas de Venezuela

La Armada de Estados Unidos avanza hacia las costas de Venezuela con dos despliegues de gran envergadura que han encendido las alarmas en la región. Mientras Washington sostiene que la misión se centra en operaciones antidrogas, en Caracas el gobierno de Nicolás Maduro lo interpreta como una amenaza directa y ha ordenado la movilización de 4,5 millones de milicianos.

El primer despliegue, anunciado esta semana, involucra tres destructores de la clase Arleigh Burke —el USS Sampson, el USS Gravely y el USS Jason Dunham— que arriban este jueves 21 de agosto a aguas cercanas al territorio venezolano. Estas naves, equipadas con misiles guiados Tomahawk, helicópteros MH-60R y sistemas de defensa avanzada, suelen ser utilizadas en misiones de interdicción y control marítimo.

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A este movimiento se suma un grupo anfibio liderado por el USS Iwo Jima, que transporta más de 4.000 marines, aviones de vigilancia y un submarino de ataque. Tras suspender su travesía por el huracán Erin, se espera que esta flota llegue a las costas venezolanas el próximo domingo 24 de agosto. La combinación de destructores y fuerza anfibia otorgará a EE. UU. capacidad integral de operaciones navales, desde misiles de largo alcance hasta desembarcos y despegue de aviones de combate.

Este despliegue ocurre en medio de la escalada de tensiones entre Washington y Caracas. La Casa Blanca elevó a 50 millones de dólares la recompensa por información que permita capturar a Nicolás Maduro, a quien acusa de liderar el denominado “Cartel de los Soles” y de vínculos directos con el narcotráfico.

El Pentágono, por su parte, mantiene hermetismo sobre la naturaleza exacta de la operación, aunque insiste en que actuará bajo órdenes directas del presidente Donald Trump. En respuesta, Maduro ha reiterado que Venezuela está lista para defenderse y calificó la presencia militar estadounidense como una “amenaza de invasión”.

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