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Los refugios de animales en medio de la guerra en Kiev
Han sido víctimas de incendios y ‘dog hunters’. En medio de los bombardeos cuidan de los animales, los tranquilizan y reciben a quienes quedan desamparados. Perros y gatos, así como caballos y cerdos son recibidos. La lucha por la protección animal en Ucrania.
La guerra que adelanta Rusia contra Ucrania está generando la que sería la mayor migración de la historia después de la Segunda Guerra Mundial. Los fallecidos y heridos aumentan diariamente, mientras los civiles llegan hasta las fronteras. Entre quienes se quedan en tierra bombardeada: los cuidadores de los refugios de animales.
El éxodo de los ucranianos no llega consigo, en la mayoría de los casos, animales. Las personas han salido con una maleta en medio de la incertidumbre. Mujeres y niños han abandonado Ucrania ante al invasión y crueldad militar. En las fronteras, los países vecinos reciben a los refugiados y abren sus puertas para acoger a animales.
Sin embargo, en Ucrania queda otro tanto de personas y animales. Unos cuidadores y líderes de refugios, así como animales rescatados y que han quedado desamparados en medio de los tiroteos y caída de misiles. Andrea Cisternino es uno de ellos.
Cisternino nació en Roma y fue fotógrafo de moda en Italia donde comenzó a denunciar maltrato animal e irregularidades en el trato de diferentes especies. Se casó con la ucraniana Vlada Shalutko con quien fundó la ‘Fundación Benéfica de la Liga Internacional de Protección Animal’, con sede en Kiev.
El proyecto surgió tras denunciar las matanzas de perros callejeros ucranianos que comenzaron en 2009 cuando el país se preparaba para la Eurocopa de 2012. Se declaró, ante la cantidad de caninos callejeros, su exterminio. Iniciaron campañas adelantadas por ‘dog hunters’ (cazadores de perros), quienes daban desde veneno a los perros hasta el uso de armas de fuego en su contra.
Algunos objetivos de la Fundación son la finalización de la construcción de un refugio en Ucrania para salvar a la mayor cantidad posible de perros callejeros; la expansión para convertirse en una especie de oasis para los animales y llegar a la protección de otras especies además de perros y gatos callejeros.
Entre los animales rescatados se encuentra Foxy, una canina que Andrea encontró en un hospital veterinario en Kiev, donde los voluntarios la llevaron, pero nunca regresaron. “Tiene un problema de parto en sus patas traseras, no tiene rótulas y se le aconsejó no operarla, no siente dolor”, se lee en su descripción.
A Foxy de casi cinco años y con 10 kilogramos, se le suma la historia de Bagheera, Jéssica, Kira, Tofu, Jade, Rex y otros animales que se quedaron en Ucrania en medio de los bombardeos rusos. El italiano se mantiene con 400 animales incluso luego de reportar un bombardeo alrededor de las cinco de la mañana el jueves 24 de febrero, a 30 km de su refugio de animales ‘KJ2’.
El que fue fotógrafo de moda en Italia se ha provisionado de alimentos y combustibles con lo que espera estar en su lugar hasta que termine el conflicto bélico. Por medio de Facebook manifestó: “Moriré aquí por mis animales”. “Tengo que pensar en salvar un refugio y sus 400 huéspedes que merecen ser protegidos a toda costa”, finalizó.
Y es que la Fundación nació tras varias batallas. El propósito de salvar animales en Ucrania y en el mundo se constituyó luego de denunciar situaciones de maltrato, explotación y abandono de animales. Tras conocerse la cifra de más de 250.000 animales, entre perros y gatos, asesinado hasta la fecha de la Eurocopa.
Incluso luego de perder a Cucciolo, el perro de 13 años de la pareja activista que en 2010 fue víctima de envenenamiento. Tras publicar, en 2011 el libro ‘Randagi: storie di umani e animali (Vagabundos: historias de humanos y animales’ en 2013 fundaron la Liga Benéfica y en 2015 fueron víctimas de un incendio en el refugio.
Aunque no se conocieron las causas del incidente, allí murieron 60 de los perros y gatos que vivían allí y el refugio quedó en cenizas. Sin embargo, su activismo no paró y en cambio se aceleró. La pareja construyó y gestionó el ‘Rifugio Italia Kj2’, en memoria de la osa asesinada en el norte de Italia en 2017.
Un nuevo refugio con hospital, área de cuarentena y siete mil metros cuadrados para acoger a otras especies de animales como caballos y vacas. Se convirtió en un referente de la protección animal en Ucrania y fue galardonado con el Premio Nazionale Paolo Borsellino, que se otorga a quienes han desarrollado una acción particularmente significativa de compromiso, coherencia y coraje contra la injusticia.
La gallardía llevó al reconocimiento por su compromiso con la defensa y promoción de los valores de la libertad, la democracia y legalidad. En el refugio de veinte mil metros cuadrados se reciben perros, gatos y animales rescatados de la explotación como ovejas, caballos, cabras y vacas.
También se dedica a atender animales silvestres heridos para su rehabilitación. Por medio de visitas escolares se busca concientizar a los menores en la asistencia animal y el especismo. El refugio, ubicado a 45 kilómetros de Kiev, se une a las acciones desarrolladas también por otros santuarios que buscan proteger a los animales en medio de la guerra.
El zoológico de Kiev fue víctima de enfrentamiento bélico que dejó en llamas el lugar donde los animales han muerto incinerados. En el lugar viven alrededor de 4.000 animales de 200 especies diferentes entre los que se encuentran elefantes, camellos y el único gorila de Ucrania, además de tigres y llamas.
La Organización Animal de Ucrania informó que ha logrado la evacuación de animales muertos y heridos, pero no se conocen los datos oficiales. Mientras tanto, hacen llamados de ayuda y atención especialmente para los animales del zoo, pues "es casi imposible evacuar a los animales, porque es imposible brindar un buen servicio veterinario y transporte adecuado", informó Kyrylo Trantin, responsable del lugar.
Entre otras situaciones se encuentra Alexandra Gavriluk-Levitska, fundadora de Shelter Ugolyok en 2013. Se trata de un refugio para animales de explotación que logró su estatus oficial de organización sin fines de lucro y se denominó ‘Organization Paw of Help y Shelter Ugolyok’.
En el lugar se cuidan más de cien caballos, noventa vacas, cinco potros, treinta terneros, cuarenta cabras, setenta perros, una docena de gatos, tres burros, treinta ovejas y ocho ponis. En medio de la guerra se generan problemas económicos y es casi nulo el apoyo local.
El refugio se ubica en la región de Lviv, donde también fue víctima de un incendio, que tras investigación no se logró determinar si fue un accidente u ocasionado. El conflicto bélico que se toma el oeste del país lleva al sentimiento de ira y ansiedad de sus ciudadanos. Los residentes se apresuran a evacuar a extraños y seres queridos, otros se preparan para luchar, mientras los cuidadores se mantienen en los refugios con sus animales.
El trabajo diario se centra en tranquilizar a los animales estresados por los tiroteos, caída de misiles y sobrevuelos aéreos. Se anhela que los helicópteros rusos no tengan como objetivo militar los refugios. Alrededor del lugar de los animales las fuerzas rusas volaron un dique y las carreteras que conducen al refugio están todas incomunicadas, quedaron aislados.
Según Andrea, en el lugar del refugio hacen presencia tanques, explosiones de bombas y fuego de mortero. Por el momento es imposible entrar o salir, por lo que ni siquiera se plantea sacar los animales de allí. No hay electricidad y, por lo tanto, tampoco internet. Tienen un generador que tratan de usar lo menos posible.
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