Mark Carney, nuevo primer ministro de Canadá

En un giro político inesperado, el Partido Liberal, liderado por Mark Carney, se encaminaba a la victoria en las elecciones federales de Canadá, según proyectó la cadena pública CBC. Con el 94% de los votos escrutados, los liberales ganaban o lideraban en 165 distritos, quedando a solo siete escaños de la mayoría absoluta en el Parlamento.

Carney, debutante en la política electoral pero reconocido por su trayectoria como gobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra, capitalizó el descontento nacional frente a las recientes medidas arancelarias impuestas por el expresidente estadounidense Donald Trump. Su campaña, centrada en la experiencia y la estabilidad, contrastó con la retórica agresiva del líder conservador Pierre Poilievre.

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La reacción nacionalista generada por las amenazas de Trump —incluida la posibilidad de convertir a Canadá en el “estado 51” de EE. UU.— reforzó el respaldo a Carney, quien prometió defender la soberanía y economía del país. “Estados Unidos quiere nuestra tierra, nuestros recursos, nuestra agua, nuestro país. Estas no son amenazas vanas”, advirtió en su discurso en Ottawa.

La derrota fue especialmente amarga para los conservadores. CBC proyectó que Poilievre perdería incluso su propio escaño en Carleton, Ontario, a manos de un candidato liberal. Su liderazgo queda en duda, tras una campaña polarizante y marcada por divisiones internas. Por su parte, Jagmeet Singh, líder del Nuevo Partido Democrático (NPD), anunció su renuncia tras los pobres resultados obtenidos.

Carney, de 60 años, ya anticipó sus prioridades: redefinir la relación con EE.UU., aplicar aranceles de represalia, cumplir con los compromisos de gasto de la Otan y diversificar las alianzas comerciales. No obstante, aún deberá enfrentar desafíos internos como el estancamiento económico, la crisis de vivienda y el creciente costo de vida.

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