Fracking y política energética: Petro admite falta de respaldo mayoritario de la USO

El presidente Gustavo Petro no obtuvo el apoyo sindical que esperaba para su política energética tras su reciente encuentro con la Unión Sindical Obrera (USO), el gremio más influyente del sector petrolero en Colombia.

Según confirmó el propio mandatario en un mensaje publicado en su cuenta de X, solo una minoría dentro del sindicato respaldó su postura, mientras que la mayoría se mostró en desacuerdo con su planteamiento.

Petro expresó abiertamente su inconformidad con la decisión mayoritaria del sindicato y reiteró su rechazo a la posibilidad de implementar fracking en el país.

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“No estoy de acuerdo con la línea mayoritaria de la USO. Traer el fracking a Colombia sería un desastre para el pueblo colombiano y su agua en plena crisis climática”, señaló.

El presidente también informó que, tras un análisis técnico realizado junto con la empresa Permian, se determinó la necesidad de efectuar un tercer estudio para evaluar la viabilidad del negocio. Sin embargo, tanto los equipos técnicos como la junta directiva y el propio Gobierno concluyeron que los resultados no evidencian un negocio atractivo.

Petro insistió en que cualquier decisión deberá considerar factores como la caída de reservas petroleras extraíbles, el aumento del gas disponible en los pozos y el comportamiento del precio internacional del crudo durante los próximos cinco años.

“Dependerá de la rapidez con que en los pozos caiga la parte extraíble de petróleo y aumente la del gas, y de los precios internacionales del petróleo en los próximos cinco años”, recalcó.

Finalmente, el mandatario advirtió sobre el riesgo de mantener inversiones en explotación petrolera en Estados Unidos si el retorno económico no compensa la demanda de capital.

“Si la demanda de nuevo capital para extraer, en nuevos pozos petróleo en EE.UU., es mayor que el retorno, no se debe mantener el negocio”, puntualizó.

El desenlace deja sobre la mesa un escenario complejo para el Gobierno, que buscaba respaldo sindical para avanzar en su transición energética y que ahora deberá enfrentar una resistencia que surge desde el propio sector de hidrocarburos.

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