Mucho se ha hablado, en los últimos años de tres directivos brasileros de Odebrecht, quienes fueron el eje del esquema para el pago de coimas a cambio de recibir importantes obras en Colombia. Sin embargo, y de manera sigilosa, un cuarto ciudadano de ese país, es clave en el rompecabezas de los sobornos. Se trata de Manuel Ricardo Cabral Ximenes, empleado de la multinacional y director del contrato Ruta del Sol II. El próximo viernes, sale a la fuerza, de su estratégico anonimato, porque está citado por la justicia a imputación de cargos.
El papel de Cabral Ximenes es importante y a la vez separado judicialmente de los tres directivos brasileros de Odebrecht en Colombia, quienes a comienzos de este año fueron beneficiados con principio de oportunidad. A cambio, se comprometieron a devolver $18.909 millones y a transformarse en testigos, especialmente contra José Elías Melo, expresidente de Corficolombiana, condenado el lunes antepasado a 11 años de prisión.
Los ejecutivos cariocas son Luiz Antonio Mameri, director de Odebrecht para Latinoamérica, Luiz Antonio Bueno Junior, director superintendente de Odebrecht en Colombia y Luiz Eduardo Da Rocha Soares quien manejó la División de Operaciones Estructuradas de la compañía brasileña, dependencia en donde se planificaron las coimas en todos los países. Bajo su tutela estaban Amilton Hideaki Sendai y el mismo Cabral Ximenes, quienes como representante legal y legal suplente, respectivamente, de la Concesionaria Ruta del Sol SAS, firmaron con el Inco, para ese momento dirigido por Gabriel García, el contrato para la construcción de la obra, adjudicado el 15 de diciembre de 2009.
Una concesionaria, compuesta por la Constructora Norberto Odebrecht S.A; Odebrecht Investimentos Em Infra-Estructura Ltda; Estudios y Proyectos del Sol S.A-Episol y CSS Constructores S.A.
Contra los tres directivos, cesó la acción penal, al llegar a un acuerdo con la Fiscalía y ahora prendieron el ventilador. En cambio, su connacional, Manuel Ricardo Cabral Ximenes, actualmente fuera del país, debe responder por su supuesta participación en un entramado de comisiones indebidas, que hoy tiene condenadas y procesadas en Colombia a cerca de 95 personas.
En concreto, la imputación de cargos contra el ingeniero Cabral Ximenes proviene de su posible participación en el trámite de un supuesto contrato ficticio que habría firmado Odebrecht con una empresa española. Es así como la multinacional habría pactado desde Colombia, el giro de US$10.8 millones a la compañía de ingeniería DCD Management SA, con el propósito de camuflar los pagos indebidos, según delató ante la justicia Luiz Antonio Bueno Junior, en confesión revelada por Univisión.
Según la delación, en el contrato entre Odebrecht y la compañía española, Cabral Ximenes, aparece como autor, sin firma y en su rol de director de contrato de Odebrecht.
A ello se suma otra indagación, con las huellas de Cabral Ximenes. Evidenciada, en septiembre pasado, en los hallazgos que encontró la Superintendencia de Industria y Comercio, cuando profirió pliego de cargos a Corficolombiana y a Odebrecht por la Ruta del Sol II. La investigación de la entidad encontró que varios ejecutivos hicieron contactos clandestinos, en momentos en que se efectuaba el proceso de adjudicación de la obra valorada en más de $3 billones.
La prueba de ello, fueron varios correos que se cruzaron y que demostrarían que Manuel Ricardo Cabral Ximenes, quien para el momento de los hechos, años 2009 y 2010 era ejecutivo, y luego el director del contrato para el proyecto Ruta del Sol de Odebrecht, se reunió en secreto con María Victoria Guarín, oficial de inversiones de la Corporación Financiera Internacional (IFV), entidad, que se convirtió en uno de los soportes económicos de la megaobra.
Precisamente, en la condena que la justicia impuso la semana pasada contra José Elías Melo, el juez también ordenó investigar a 11 personas dentro del caso, entre ellas María Victoria Guarín.
Manuel Ricardo Cabral Ximenes es hombre clave en Odebrecht. Se trata de un ingeniero civil graduado en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, en donde se recibió como ingeniero civil e industrial, títulos que obtuvo en 1997 y 1998. Posteriormente, hizo dos MBA en la Fundación Getulio Vargas FGV y en la Universidad de Hong Kong. Paradójicamente, en 2010, para optar por el grado de MBA, presentó la tesis Monitoreo y Control de Riesgos y Oportunidades en Proyectos de Odebrecht.
Ya en Colombia, y hablando perfectamente portugués, inglés y español, asumió las riendas de uno de los proyectos clave de Odebrecht en el país, la Ruta del Sol II. Allí de la mano de sus jefes, Luis Antonio Mameri, Luiz Antonio Bueno Junior y Luiz Eduardo Da Rocha Soares, según lo ha documentado la justicia, fue uno de los ejes del entramado que llevó a pagarle al exviceministro de transporte Gabriel García, una comisión de US$6.5 millones.
Gestiones de las cuales tuvieron conocimiento directivos de Corficolombiana, su expresidente, el recientemente condenado José Elías Melo y otro hombre clave que aún goza de las mieles de la libertad y sigue pasando desapercibido para la justicia, el abogado y profesor universitario, Yezid Augusto Arocha Alarcón.
Sin embargo, al tiempo que se conoció, primero internacionalmente el caso Odebrecht a través de la justicia de Estados Unidos, y el inmediato coletazo en varios países de Latinoamérica, incluido Colombia, Cabral Ximenes, salió de Odebrecht y sin que nadie lo advirtiera, continuó su vida profesional en el país y en lo académico obtuvo un Máster en la Universidad de Boston.
Así las cosas, Cabral Ximenes de Odebrecht pasó a la Constructora Colpatria. Manejó negocios en Colombia y en Perú como la vía Girardot-Cajamarca. Allí, dice que coordinó con el Ministerio del Interior la negociación con las minorías negras la apertura de un puerto de Buenaventura. Luego, asumió como vicepresidente de Negocios para Colombia de la firma Conalvías. En esta compañía, señala que manejó relaciones de negocios con entidades oficiales, consultas previas en la Sierra Nevada de Santa Marta y aspectos ambientales en la Anla.
Posteriormente, llegó como director técnico nacional de la firma Sainck Ingenieros Constructores S.A con similares funciones que en las compañías anteriores. Su cargo más reciente fue manager de negocios y desarrollo del grupo Odinsa. En este cargo, indica Cabral Ximenes, en su hoja de vida que desarrolló actividades comerciales en la Agencia Nacional de Infraestructura, ANI y en concesiones en el departamento de Cundinamarca, entre otras labores.
No obstante, en sus últimos cuatro cargos, desempeñados entre septiembre de 2014 y agosto de 2017, no duró más de 10 meses en cada uno. Paralelamente, empezaron las indagaciones de la Fiscalía y la Superintendencia de Industria y Comercio, SIC, y por ello, salió del país hacia su tierra natal.
Una situación similar a la que se registró con sus connacionales Amilton Ideaki Sendai, Eder Paolo Ferracuti y Marcio Marangoni, otros directivos de Odebrecht, quienes huyeron del país en 2017 y tienen pendiente orden de captura.
Pese a los señalamientos de las autoridades en Colombia, el ingeniero Cabral Ximenes, sigue promocionando sus actividades profesionales y ha hecho público su nuevo perfil laboral. Dice que es especialista en manejar millonarios proyectos internacionales con contextos de diversidad cultural. “Soy un exitoso director de proyectos con un importante número desarrollados bajo mi dirección”. Resalta también, que recientemente le ha dado un giro a su carrera hacia la innovación del manejo de negocios de intelecto, que desarrolló en Boston, Estados Unidos.
En su presentación, Cabral Ximenes destaca que ha sido gestor de 10 proyectos exitosos por varios billones de dólares. Afirma que su objetivo es ocupar un cargo de liderazgo a nivel internacional en donde pueda poner en práctica lo que él considera como un perfil versátil que lo lleve a lograr una posición en el mercado. Este viernes, la Fiscalía destapará sus cartas frente a este ingeniero brasilero, que no se sabe si asistirá a la cita judicial y del que poco se sabía.
