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Suicidio: otro estudiante de medicina, esta vez en Universidad de Los Andes por maltrato de profesores y matoneo
Antecedentes del caso del cual incluso la institución había recibido una queja formal con nombres y detalles. Universidad no se pronuncia aún.
Johan Sebastián Castellanos Romero, un joven de 20 años, estudiante de medicina de la Universidad de Los Andes se suicidó en las últimas horas.
La familia de Castellanos reveló que la decisión del joven fue resultado del acoso constante y el maltrato que sufrió por parte de algunos compañeros y profesores de la institución.
La situación se complicó debido a su situación económica y una queja que había presentado contra una profesora del departamento de Patología, lo que según su familia, impactó gravemente en su salud mental hasta llevarlo a un trágico final.
Este suceso se conoció poco después del caso de Catalina Gutiérrez, una médica residente de la Pontificia Universidad Javeriana, quien también se suicidó dejando una carta donde denunciaba abusos y exceso de trabajo.
Estos dos casos evidencian patrones de comportamiento preocupantes dentro del ambiente académico en la formación médica.
Historia del estudiante
Castellanos, originario de Paipa, Boyacá, había logrado ingresar a la Universidad de los Andes, una de las más costosas del país, gracias a su destacado desempeño académico que le permitió obtener una beca del programa Generación E del Ministerio de Educación.
No obstante, la beca no cubría la totalidad de los gastos y esto llevó a Castellanos a intercalar semestres de estudio con periodos de trabajo, lo que causó burlas y aislamiento social por parte de algunos estudiantes.
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El joven trabajó en un call center para financiar sus estudios y adquirir algunos bienes como un celular, un computador y un iPad, que más tarde serían claves para demostrar el acoso que sufrió.
La presión alcanzó un punto crítico cuando fue acusado falsamente por sus compañeros de enviar un correo anónimo denunciando irregularidades académicas. Según su madre, Oliva Romero, esto exacerbó su situación, llevándolo a una profunda depresión.
Ante la creciente gravedad de su estado, Castellanos fue internado durante una semana en la Clínica Montserrat, donde recibió tratamiento para la depresión.
A pesar de múltiples sesiones de psiquiatría ofrecidas por la universidad, el acoso continuó. En un momento de desesperación, grabó un video de despedida que subió a las redes sociales antes de suicidarse, aunque posteriormente fue eliminado por infringir normas de la comunidad.
En el video, expresó su último deseo de ser cremado y que sus cenizas fueran esparcidas en el mar.
Cuestionamientos
Tras su muerte, la Universidad de los Andes ha sido cuestionada por su manejo del caso y otros de acoso. Aunque la universidad informó que ha sancionado a varias personas este año por comportamientos inapropiados, no ha dado respuestas concretas sobre el caso de Castellanos.
La familia, sin obtener las respuestas necesarias y con la ayuda del abogado Felipe Alzate, ha iniciado un proceso legal para investigar más a fondo y buscar justicia para Sebastián.
A este caso se suma el de Catalina Gutiérrez, en la Universidad Javeriana institución que se comprometió a revisar sus protocolos, tomar acciones y mejorar el tratamiento a sus estudiantes.
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