Pasaje de Transmilenio subiría de precio por crisis financiera

El sistema de transporte masivo de Bogotá, Transmilenio, enfrenta una grave crisis financiera debido al retraso en la transferencia de recursos por parte del Gobierno Nacional, liderado por Gustavo Petro. Actualmente, se estima que se necesitan urgentemente $825.000 millones para garantizar la operatividad del sistema, una cifra crucial para mantener la frecuencia y calidad del servicio que miles de ciudadanos utilizan diariamente.

Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, ha expresado su preocupación por las consecuencias de este retraso. Entre las medidas que se consideran está un posible aumento en las tarifas de Transmilenio, las cuales actualmente están fijadas en $2.950. Este incremento sería necesario para equilibrar los costos operativos y asegurar que el servicio continúe funcionando de manera eficiente.

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#BOGOTÁ. “El presupuesto del 2024 contemplaba que el Gobierno Nacional nos entregaría $825mil millones. Todo indica que no tienen como entregarnos eso”: @CarlosFGalan sobre análisis para saber si sube o no la tarifa de @TransMilenio. Aún no hay una decisión. @JulianiMartinez pic.twitter.com/tfrNPSB5Cn

— ÚltimaHoraCaracol (@UltimaHoraCR) July 5, 2024

El impacto de un aumento en las tarifas sería significativo, especialmente para las familias de bajos ingresos que dependen exclusivamente del transporte público para sus desplazamientos diarios. Este aumento representaría un golpe adicional a la economía de quienes ya enfrentan dificultades financieras.

Otro desafío crucial que enfrenta Transmilenio es la alta tasa de evasión en el pago del servicio. Los 'colados', como se conoce a quienes no pagan el pasaje, representan una pérdida considerable de ingresos para el sistema. A pesar de los esfuerzos de la administración para combatir este problema con campañas de concientización y medidas de control más estrictas, la evasión persiste y agrava la crisis financiera del sistema.

Además del impacto económico directo en los usuarios, un aumento en las tarifas podría tener consecuencias socioeconómicas más amplias. Podría llevar a una reducción en la demanda del servicio de Transmilenio, aumentando el uso de vehículos particulares. 

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