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Crisis migratoria en la frontera EEUU-México: Biden en el ojo de la tormenta
Su postura le puede restar menos votos en la próxima contienda electoral.
La reciente ola de migrantes que han llegado a la frontera entre Estados Unidos y México ha sometido a la administración Biden a una creciente tensión política y logística. Esta nueva ola, surgiendo a pocos meses de la implementación de las políticas fronterizas de Biden, ha sido objeto de críticas desde el bando republicano y ha generado preocupaciones en el seno del gobierno por la delicadeza de esta situación.
Desde su asunción, Biden ha enfrentado una serie de desafíos en la frontera, como la llegada inesperada de niños migrantes sin compañía durante sus primeros meses. Durante su mandato, la oposición republicana ha sido una constante, aunque también ha enfrentado críticas internas de su propio partido por la manera en que ha abordado la inmigración.
La situación alcanzó un punto crítico recientemente con la difusión de imágenes de migrantes cruzando en grandes grupos. Paralelamente, la administración anunció una medida que permitirá que centenares de miles de venezolanos, ya en suelo estadounidense, obtengan permisos laborales, enfrentando así una de las demandas de sus aliados en Nueva York, según CNN.
A pesar de este gesto, la continua llegada de migrantes, en particular de Venezuela, genera incertidumbre para Biden, que se encuentra en plena campaña de reelección. En una reciente gala en Washington, Biden expresó su descontento con los republicanos, acusándolos de obstaculizar reformas migratorias bipartidistas.
La administración, en ausencia de una reforma integral, ha optado por un conjunto de políticas para frenar el flujo migratorio. Se han introducido mecanismos, como una aplicación móvil, para fomentar la inmigración legal. Asimismo, se han establecido centros en países del hemisferio para procesar solicitudes migratorias.
Aun así, la desesperación y el engaño de los traficantes han impulsado a muchos a cruzar de forma irregular. Las causas detrás de este fenómeno son multifacéticas, involucrando economías débiles, regímenes opresivos y el cambio climático.
En una muestra de la magnitud del problema, la Patrulla Fronteriza detuvo a más de 8,000 inmigrantes al día durante la última semana, una cifra que contrasta con los 3,500 diarios tras la expiración del Título 42, relacionado con restricciones por Covid-19.
Para abordar el aumento de llegadas, el Departamento de Seguridad Nacional ha incrementado la capacidad de sus instalaciones y ha intensificado las deportaciones. Además, se han desplegado más fuerzas en la frontera y se mantienen esfuerzos coordinados con México para controlar los cruces.
En medio de esta crisis, el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, tiene previsto viajar a McAllen, Texas, para reunirse con la presidenta de Honduras, Xiomara Castro.
En un esfuerzo por mitigar la tensión, la administración ha otorgado el Estatus de Protección Temporal a más de 472,000 venezolanos ya en EEUU, permitiéndoles trabajar y protegiéndolos de la deportación. Esta medida ha sido bien recibida por líderes demócratas, quienes ven en ella una forma de aliviar la presión sobre los sistemas de asistencia social.
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