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Javier Milei celebra el primer superávit financiero de Argentina en 12 años, pese a la inflación récord
El presidente argentino es un economista ultraliberal que propone la dolarización de la economía y la reducción del Estado.
El presidente de Argentina, Javier Milei, anunció que su país logró en enero un superávit financiero mensual de 589 millones de dólares, el primero desde agosto de 2012, gracias a las drásticas medidas de ajuste fiscal que implementó desde que asumió el poder en diciembre de 2023. Sin embargo, el logro económico se vio opacado por la inflación anual de 254,2%, la más alta de América Latina y una de las más altas del mundo.
Milei afirmó que el superávit financiero es el resultado de una gestión responsable y transparente, que busca equilibrar las cuentas públicas y reducir la deuda externa. El mandatario destacó que el superávit se logró pese a la pandemia de covid-19, que ha golpeado duramente al país, con más de 5 millones de contagios y 120 mil muertes.
El superávit financiero, que incluye el pago de intereses de la deuda, se debió principalmente al aumento de los ingresos tributarios, que crecieron un 40% en términos reales respecto al mismo mes del año anterior, según el Ministerio de Economía. Los egresos, en cambio, se redujeron un 10% en términos reales, debido al recorte del gasto público en áreas como educación, salud, seguridad social y subsidios.
Sin embargo, el balance positivo de las finanzas públicas no se tradujo en una mejora de la situación social ni en una contención de la inflación, que se disparó en enero a un 20,6% mensual, el nivel más alto desde 1991, cuando el país sufrió una hiperinflación. La inflación anual acumulada fue de 254,2%, superando a la de Venezuela (193%) y convirtiendo a Argentina en el país con los precios más altos de la región.
La inflación se aceleró por el efecto de la devaluación del peso, que se depreció un 50% frente al dólar en diciembre, tras la liberación del mercado cambiario ordenada por Milei. También influyeron los aumentos de las tarifas de los servicios públicos, que estaban congeladas desde 2019, y la suba de los precios de los alimentos, que se encarecieron un 29,7% en enero.
La escalada inflacionaria ha erosionado el poder adquisitivo de los argentinos, que sufren una caída del salario real de más del 30% en el último año. La pobreza afecta al 45% de la población, según cifras oficiales, y el desempleo ronda el 15%. La actividad económica se contrajo un 4% en 2023, y se espera que entre en recesión este año.
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Milei ha defendido su plan económico como el único camino posible para salir de la crisis y ha pedido paciencia a los ciudadanos, asegurando que los resultados se verán en unos meses. El presidente ha condicionado la reactivación a la aprobación de una ambiciosa ley de reformas estructurales, que incluye la venta de empresas públicas, la eliminación de impuestos, la flexibilización laboral y la privatización de la seguridad social, entre otras medidas.
La ley, que tiene más de 600 artículos, ha generado un fuerte rechazo de la oposición, los sindicatos, los movimientos sociales y las organizaciones de derechos humanos, que la consideran una amenaza para la democracia, el Estado de derecho y la soberanía nacional. Miles de personas han salido a las calles a protestar contra el proyecto, que se debate en el Congreso con un clima de alta tensión.
Milei ha amenazado con renunciar si la ley no se aprueba tal como la envió, y ha advertido que si eso ocurre, el país entrará en una espiral de caos e ingobernabilidad. El presidente ha acusado a sus detractores de ser "enemigos de la libertad" y ha descalificado a los medios de comunicación que lo critican. Su discurso radical y confrontativo ha generado preocupación en la comunidad internacional, que ha llamado al diálogo y al respeto a las instituciones.
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