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Laura Sarabia renuncia a la Cancillería tras enfrentamiento con Alfredo Saade por contrato de pasaportes

La mujer más poderosa del gobierno Petro dimite y deja interrogantes sobre el gobierno.

laura sarabia canciller may 25
Por Agencia Periodismo Investigativo | Jue, 03/07/2025 - 07:16 Créditos: Imagen tomada de Cancillería

Laura Sarabia, una de las funcionarias más cercanas al presidente Gustavo Petro y actual canciller de la República, presentó su renuncia irrevocable al cargo luego de una crisis interna desatada por decisiones relacionadas con la licitación de pasaportes y el creciente protagonismo del jefe de gabinete, Alfredo Saade, en ese proceso.

En una carta dirigida al jefe de Estado, Sarabia expresó que su salida obedecía a razones de fondo, no menores ni coyunturales, relacionadas con el rumbo que ha tomado el gobierno en los últimos días.

A lo largo de la misiva, la exjefa de gabinete destacó el vínculo personal y político que la unió a Petro durante más de una década, al tiempo que dejó claro que sus diferencias no podían ser subsanadas sin sacrificar su propia visión del servicio público.

“Decisiones que no comparto”

Aunque la carta no menciona explícitamente el tema de los pasaportes ni al jefe de gabinete Saade, fuentes del Palacio de Nariño confirmaron que la ruptura se produjo tras una serie de desacuerdos insalvables sobre la continuidad del millonario proceso de licitación para la emisión de pasaportes, contrato que ha sido objeto de múltiples controversias desde el año 2023.

El choque más reciente tuvo como detonante la intervención de Saade, quien habría cuestionado públicamente las decisiones técnicas de la Cancillería en relación con la contratación del servicio, insinuando que existían sesgos o intereses particulares.

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Sarabia habría considerado estas afirmaciones una intromisión indebida en asuntos administrativos bajo su competencia directa, lo cual fue agravado por la falta de respaldo presidencial a su gestión en medio del episodio.

Una trayectoria de poder y lealtad

Sarabia fue una de las funcionarias de mayor confianza de Gustavo Petro desde los inicios del actual gobierno.

Su ascenso en el equipo presidencial fue vertiginoso: inició como jefa de gabinete en 2022, pasó por la dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia (Dapre), lideró el Departamento para la Prosperidad Social (DPS) y finalmente asumió la Cancillería tras la salida de Álvaro Leyva.

En cada una de esas funciones, fue vista como una ejecutora clave de las decisiones estratégicas del Ejecutivo. Sin embargo, su cercanía al poder también le significó enfrentar escándalos como el del polígrafo a una exniñera, que derivó en una salida temporal del gobierno en 2023. Tras su regreso, Petro no dudó en ratificar su confianza al asignarle responsabilidades diplomáticas de primer nivel.

Una salida con tono ético y político

“Mi renuncia es el resultado de una reflexión profunda, motivada por la responsabilidad que siento con mi conciencia, con el país y con la forma en que entiendo el ejercicio del poder público”, escribió Sarabia, aludiendo a una incompatibilidad de fondo con el nuevo rumbo que, según afirma, ha tomado el Ejecutivo.

La ahora exministra destacó que no se trataba de un simple desacuerdo personal ni de una lucha de egos: “No se trata de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar”.

La polémica

La decisión marca uno de los remezones políticos más fuertes en el gabinete del presidente Gustavo Petro en la recta final de su mandato, y confirma una fractura entre los sectores técnicos del Ejecutivo y el círculo más cercano al mandatario.

Sarabia, considerada una de las funcionarias de mayor confianza del presidente desde los primeros días del gobierno, entregó una carta en la que expresó su desacuerdo con decisiones recientes adoptadas desde la Casa de Nariño.

Aunque no se refirió directamente al conflicto con Saade, su renuncia ocurre apenas horas después de que el funcionario presidencial interviniera públicamente en el proceso de contratación de pasaportes, desautorizando a la Cancillería y anunciando un giro radical en la estrategia.

El punto de quiebre fue la decisión de Sarabia de prorrogar, mediante una figura de urgencia manifiesta, el contrato con la empresa Thomas Greg & Sons para garantizar la continuidad en la expedición de pasaportes, cuyo vencimiento está previsto para el 31 de agosto.

Según la exministra, esta prórroga era necesaria para evitar una crisis operativa que dejara al país sin libretas disponibles mientras se estructuraba una nueva licitación. No obstante, desde el Palacio de Nariño, Saade rechazó abiertamente esa opción, calificándola como una forma de “perpetuar la contratación” y señalando que la Cancillería no había trabajado con suficiente antelación para implementar una alternativa estatal.

En un gesto sin precedentes, Saade anunció que el gobierno no prorrogaría el contrato con Thomas Greg, y que en su lugar se firmaría un convenio entre la Imprenta Nacional de Colombia y la Casa de la Moneda de Portugal para asumir la producción de pasaportes.

Lo hizo sin presencia de la Cancillería y sin que se conociera un acto administrativo oficial que respaldara ese nuevo esquema. Además, afirmó que la decisión contaba con el aval directo del presidente Petro.

Carta completa

“Bogotá, 3 de julio del 2025.

Presidente Gustavo Petro, 

La parte más importante de mi vida pública ha transcurrido a su lado. Juntos hemos alcanzado grandes victorias, atravesado momentos difíciles, discutido con intensidad y compartido reflexiones con honestidad. Nos hemos conocido en las buenas y en las no tan buenas, y en ese recorrido fortalecimos una relación basada en la confianza, la franqueza y una idea que usted me enseño: que la lealtad es, ante todo, cuidar del otro.

He tenido el inmenso honor de acompañarlo desde distintos espacios: como iefa de gabinete, directora del DAPRE, del DPS y ahora como canciller. Pero más allá de los cargos, lo hice como una servidora pública convencida de que transformar a Colombia exige decisiones valientes, diálogos honestos y una brújula ética clara.

En ese espíritu, celebré con entusiasmo lo que consideré justo, y también expresé mis desacuerdos con respeto y convicción, como lo hago ahora.

En los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar. No se trata de diferencias menores ni de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar.

Mi renuncia es el resultado de una reflexión profunda, motivada por la responsabilidad que siento con mi conciencia, con el país y con la forma en que entiendo el ejercicio del poder público.

Me retiro con la tranquilidad de haber entregado lo mejor de mí y con la certeza de que hay momentos en los que decir adiós es también una forma de cuidar.

Ha sido un camino exigente, con enormes costos personales y familiares, pero también profundamente enriquecedor. Me voy con inmensa gratitud por la oportunidad histórica de servir a Colombia desde su gobierno, con aprendizajes valiosos, muchos de ellos suyos, y con la convicción intacta de que este país merece un destino más justo, más digno, más humano.

Le deseo un cierre de gobierno exitoso. Siempre encontrará en mí una interlocutora abierta al diálogo, al debate respetuoso y a la búsqueda de salidas para los grandes desafios de nuestra sociedad.

Colombia sí puede ser una potencia de la vida. Ese sueño exige unidad, humildad y decisiones valientes. Ojalá logre construirlo en esta recta final.
Con un abrazo sincero,

LAURA CAMILA SARABIA TORRES”.

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