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Controversia por mujer que profanó tumba en Santander para bañar y vestir al difunto
El hecho ocurrió en el cementerio El Sagrado Corazón de Landázuri.
El municipio de Landázuri, en Santander, fue escenario de un hecho insólito que ha desatado conmoción y debate sobre la salud mental en Colombia. Una mujer ingresó al cementerio El Sagrado Corazón y profanó una tumba para desenterrar el cuerpo de su ser querido, al que intentó bañar, limpiar y vestir con ropa nueva.
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El episodio ocurrió en la mañana del miércoles 22 de octubre y rápidamente se volvió viral en redes sociales tras la difusión de un video grabado por el vigilante del lugar. Según testigos citados por El Colombiano, la mujer aprovechó que el sepulturero estaba incapacitado para retirar la lápida de la bóveda, sacar el ataúd y abrirlo parcialmente con el fin de hablarle al fallecido, identificado como Diego Expedito Moreno Rojas, un joven de 19 años asesinado el pasado 21 de julio en el municipio de Cimitarra.
Cuando fue descubierta, la mujer tenía un balde con agua, jabón, desodorante, perfume, cigarrillos y varias prendas de vestir que, según explicó, había comprado para cambiarle al difunto. “Voy a comprarle uno mejor, papacito”, se le escucha decir en una grabación mientras le probaba un jean.
El sepulturero, al llegar al sitio, la increpó por el acto de profanación: “Mamita, ¿por qué hizo eso? Usted no podía abrir ahí. ¿Quién le dio permiso? Eso es un delito”, le reclamó. Minutos después, tres uniformados de la Policía intervinieron para retirarla del cementerio y esposarla, ante la presencia de varios ciudadanos que presenciaron la escena.
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Familiares del fallecido también acudieron al lugar y, visiblemente alterados, le exigieron a la mujer que “dejara descansar en paz al difunto”. Uno de ellos incluso la amenazó con un machete, aunque desistió de agredirla. Las autoridades confirmaron que el cuerpo fue devuelto a su bóveda y la lápida repuesta.
El sacerdote Bayron Alexander Martínez, párroco del municipio, indicó al medio Ecolecuá que la mujer habría planeado el acto durante varios días, visitando con frecuencia la tumba antes de decidir abrirla. “Fue un hecho profundamente doloroso para la comunidad y pone de relieve una situación de salud mental que no puede seguir siendo ignorada”, señaló.
La Policía de Santander aún no ha emitido un pronunciamiento oficial, pero se conoció que la mujer está bajo evaluación psicológica mientras se determina su responsabilidad penal.
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