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San Andrés y Providencia: firmas y nuevas alianzas para una mejor gestión marítima y pesquera
Aunap Regional Bogotá gestiona la articulación de esfuerzos que fortalecen la gestión pública en pro de los pescadores de la isla.
En San Andrés, la Autoridad Nacional de Acuicultura y Pesca (AUNAP) avanzó en el fortalecimiento de la gestión del sector acuícola y pesquero a través de una estrategia integral de articulación institucional, que incluyó la firma de la Resolución Conjunta Aunap–Dimar y la consolidación de nuevos convenios de cooperación, orientados a mejorar el ordenamiento, la coordinación y el desarrollo responsable de las actividades en el territorio insular.
Estos logros son el resultado de un trabajo conjunto, planificado y sostenido, liderado por la Dirección Regional Bogotá de la Aunap, en cabeza de Glenda Beatriz Arboleda Casas.
Un liderazgo que ha sido clave para articular esfuerzos técnicos, administrativos y operativos entre las entidades involucradas, promoviendo el diálogo institucional y la construcción de acuerdos que responden a las dinámicas propias del territorio.
La entidad informó que la articulación alcanzada evidencia un ejercicio sólido de trabajo en equipo, en el que la suma de capacidades y competencias permitió avanzar de manera coordinada en la formalización de compromisos, el fortalecimiento de la presencia institucional y la generación de condiciones más claras y ordenadas para el desarrollo de la pesca y la acuicultura en San Andrés y Providencia.
La firma de la resolución, los convenios y el impulso de proyectos estratégicos asociados reflejan un compromiso institucional firme con la gestión integral, la sostenibilidad y el desarrollo responsable del sector.
Esto reafirmando el papel de la Dirección Regional Bogotá de la Aunap como un actor fundamental en la articulación de esfuerzos que fortalecen la gestión pública y el bienestar de las comunidades vinculadas a la actividad acuícola y pesquera del archipiélago.
Región clave
Y es que en el Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, la pesca artesanal no es solo un renglón económico: también es un oficio ligado a la cultura del pueblo raizal, a la seguridad alimentaria y a la conservación de un ecosistema marino frágil.
En ese contexto, la Aunap ha venido concentrando su trabajo en tres frentes que se cruzan entre sí: ordenar y reconocer formalmente la pesca artesanal (para diferenciarla de modalidades industriales o ilegales), reforzar la sostenibilidad de recursos sensibles (como caracol pala y langosta), y mejorar capacidades prácticas del oficio (seguridad marítima, buenas prácticas, organización y acceso a mercados).
Una de las apuestas más concretas ha sido el ordenamiento normativo y operativo de “qué se entiende” por pesca artesanal en el Archipiélago, porque esa definición termina siendo la puerta de acceso a permisos, control, focalización de apoyos y reglas claras de captura.
Con un antecedente preciso, en octubre de 2025, Aunap y la Dirección General Marítima, Dimar, informaron la firma de la Resolución Conjunta 2182 del 8 de octubre de 2025, con parámetros para identificar la pesca artesanal en el Archipiélago, incluyendo artes y métodos tradicionales (por ejemplo, línea de mano, trolling, buceo a pulmón y nasas artesanales), límites de captura diaria (en referencia a la Resolución 2700 de 2022 de la Aunap ) y condiciones técnicas de embarcaciones, incorporando requisitos de seguridad marítima para operar hasta determinadas distancias.
El enfoque declarado por las entidades es garantizar una pesca responsable, segura y de bajo impacto, reconociendo prácticas tradicionales y armonizando acciones institucionales en el territorio insular.
Ese instrumento no apareció de la nada otro antecedente lo demarca: en mayo de 2025 la Aunap reportó una “jornada institucional” en San Andrés y Providencia para socializar la propuesta de resolución conjunta con Dimar.
Alianza con Jundepesca
Según la información oficial, la entidad participó en la Junta Departamental de Pesca (Jundepesca) en San Andrés y luego desarrolló un espacio de diálogo con asociaciones de pescadores en Providencia para recoger observaciones y ajustar el texto en un ejercicio de construcción colectiva de ordenamiento pesquero.
Esto es relevante porque, en el Archipiélago, la Junta tiene un rol particular en permisos y autorizaciones, y la implementación requiere coordinación con autoridades locales y con las propias comunidades.
En paralelo al ordenamiento, la Aunap ha reforzado mensajes y medidas sobre sostenibilidad de especies con alta presión de extracción.
Un ejemplo es el caracol pala, recurso clave para muchas familias y con medidas históricas de veda en zonas específicas.
En junio de 2024, la entidad hizo un llamado a las comunidades del Archipiélago para proteger el caracol pala y respetar vedas, tallas mínimas y hábitats críticos, señalando además que cientos de familias dependen directa o indirectamente de esa pesquería en el territorio insular.
Ese componente de sostenibilidad se conecta con decisiones de manejo a nivel nacional sobre cuotas y planes de conservación.
Por un lado, el Ministerio de Agricultura expidió la Resolución 000169 de 19 de junio de 2025, que fija cuotas globales de pesca para el Archipiélago (por ejemplo, “pesca blanca (peces)” y langosta), e incluye una cuota de 7 toneladas para caracol pala (Aliger gigas), asociada al cayo Serrana; en el mismo documento se precisa que la cuota de caracol pala corresponde a extracción artesanal en ese cayo y que su comercialización se limita al mercado local del Departamento Archipiélago.
Por otro lado, el Ministerio de Ambiente (junto con el de Agricultura) adoptó mediante Resolución 1589 del 10 de noviembre de 2025 un Plan de Acción Nacional para la conservación y aprovechamiento sostenible del caracol pala, con alcance explícito para el Archipiélago (Reserva de Biosfera Seaflower) y el Caribe continental, en línea con compromisos de conservación y manejo de una especie catalogada como vulnerable y con referencias a CITES.
Beneficios para los pescadores artesanales
A la par del componente regulatorio-ambiental, también hay un enfoque práctico sobre cómo se controla y se hace trazable la actividad artesanal.
En el proyecto de resolución conjunta divulgado por Dimar (documento de soporte del proceso 2025), se incluyen obligaciones orientadas a que los pescadores reporten capturas a la Gobernación según los mecanismos definidos; además, se reiteran deberes de cumplimiento de vedas, tallas mínimas y prohibiciones de artes no permitidas en áreas artesanales (por ejemplo, redes de arrastre o cerco), articulando el control con la Jundepesca y otras autoridades.
Este tipo de reglas busca separar con más claridad la pesca artesanal permitida de prácticas que afectan el recurso o que se asocian con pesca ilegal o no reglamentada, especialmente en un territorio con áreas marinas protegidas y zonificación del DMI.
En el frente de fortalecimiento del oficio, la Aunap ha promovido capacitación enfocada en habilidades que impactan directamente el trabajo cotidiano: buenas prácticas pesqueras, normatividad vigente, seguridad marítima y fortalecimiento asociativo.
La entidad ha divulgado estas jornadas bajo el esquema de “Escuela de Pescadores”, con un enfoque de formación integral para pesca responsable.
Este componente es especialmente sensible para San Andrés y Providencia por los riesgos de faenas en mar abierto, la necesidad de cumplir reglas marítimas y la importancia de reducir pérdidas por manejo poscaptura.
Finalmente, para que el trabajo del pescador mejore en ingresos y estabilidad, la Aunap ha insistido en líneas de asociatividad y acceso a mercados.
En septiembre de 2025, la entidad anunció una alianza con Prosperidad Social (DPS) orientada a fortalecer procesos de economía popular y comunitaria, identificación y caracterización de beneficiarios, dotación e inclusión productiva, además de participación en ruedas de negocios, ferias y esquemas de comercialización, con acompañamiento en formación, asistencia técnica y fortalecimiento organizacional.
Aunque el anuncio es nacional, el tipo de herramientas que describe (comercialización, compras públicas, plataformas colaborativas y encadenamientos) es el que suele ser decisivo para territorios insulares donde el costo logístico y la intermediación tienden a reducir márgenes para el pescador.
En síntesis, lo que hoy se puede documentar que la Aunap Regional Bogotá está trabajando para mejorar el trabajo de los pescadores del Archipiélago principalmente mediante: reglas más precisas para reconocer e identificar la pesca artesanal en coordinación con Dimar.
Además con espacios de socialización local, medidas de sostenibilidad y manejo de recursos emblemáticos como el caracol pala, veda, cuotas, plan nacional, formación práctica para el ejercicio seguro y responsable del oficio, y rutas de fortalecimiento organizacional y de mercado para que la actividad no se quede solo en extracción, sino que avance hacia mayor valor y mejores condiciones de comercialización.
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