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Falsas médicas engañan a miembros de la Policía Nacional

Pormenores del insólito caso.

Clínica de la Policía Barranquilla
Por Agencia Periodismo Investigativo | Dom, 19/05/2024 - 10:36 Créditos: Policía Nacional de Colombia

Dos mujeres lograron perpetrar un fraude contra la Policía Nacional al hacerse pasar por médicas y suscribir contratos multimillonarios durante la pandemia para la atención de urgencias. 

Las selladas son Alejandra Zapata Gómez y Katerine Román quienes emplearon documentos falsificados para infiltrarse en la Unidad Prestadora de Salud Atlántico de la Policía Nacional, conocida popularmente como la Clínica de la Policía.

La Fiscalía General de la Nación y la Dijín de la Policía Nacional capturaron a Zapata Gómez en Cartagena, donde trabajaba como médica especialista en gerencia de Servicios de Salud en una IPS. 

Presentada ante un juez en Barranquilla, enfrenta cargos por contrato sin cumplimiento de requisitos legales, falsedad ideológica en documento público, falsedad en documento privado y enriquecimiento ilícito de particular. 

Junto a ella, otras personas vinculadas a la Policía fueron detenidas bajo sospecha de omitir sus funciones y responsabilidades en los procesos contractuales.

El origen de la investigación se remonta a una auditoría interna iniciada por la Dirección de Sanidad de la Policía Nacional tras recibir denuncias sobre irregularidades en algunos procesos de contratación de la UPRES Atlántico. 

Este examen detallado condujo al descubrimiento de la contratación de Zapata desde 2020, durante la crisis pandémica, un período en el que estuvo vinculada a la Clínica de la Policía durante tres años.

La investigación se profundizó con el hallazgo de que no fue Zapata quien cumplió con los exigentes turnos de urgencia, sino Román, presunta amiga y excompañera de trabajo. 

Los investigadores siguieron la pista de seis contratos suscritos por Zapata con la Policía, ascendiendo a un total de 140 millones de pesos, revisando soportes contables, recibos de pago y la documentación de su hoja de vida.

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Un giro crucial en el caso ocurrió al descubrirse que Zapata solo había asistido a la Universidad Rafael Núñez de Cartagena hasta el tercer semestre de medicina, y nunca completó su carrera. 

Sin embargo, presentó en su currículo un diploma que la acreditaba como médica general, graduada en 2011, con título que fue posteriormente invalidado por la Universidad del Norte cuando se descubrió la falsedad.

En el desarrollo de la investigación, la Policía notificó a Zapata sobre la investigación y la orden de captura emitida por un juez. Ella intentó argumentar que había sido víctima de un delito de suplantación, alegando haber ayudado a Román a conseguir trabajo sin saber que utilizaría su documentación falsa. 

A pesar de sus afirmaciones, las pruebas indican que la cédula usada en la Clínica de la Policía siempre fue la de Zapata, facilitada por el uso de tapabocas durante la pandemia que ocultó la identidad de Román.

Las autoridades continúan buscando a Katerine Román, quien trabajó bajo la identidad de Zapata durante tres años sin ser médica. La investigación aún no concluye y, según fuentes oficiales, podría extenderse para descubrir si existe una red más amplia de falsos médicos operando en la región.

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