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Trasplante de rostro a hombre que sobrevivió a suicidio

Un procedimiento quirúrgico que duró más de 50 horas con un equipo multidisciplinario compuesto por al menos 80 especialistas.

Derek Pfaff
Por Agencia Periodismo Investigativo | Lun, 25/11/2024 - 20:52 Créditos: Tomada de las redes sociales / paciente Derek Pfaff, sometido a trasplante de rostro

En Michigan, Estados Unidos, un hombre recuperó funciones esenciales de su rostro luego de someterse a un trasplante facial, diez años después de haber sobrevivido a un intento de suicidio que dejó graves secuelas. La operación, realizada en la Clínica Mayo de Rochester, Minnesota, marcó un hito en su vida y en el campo de la cirugía reconstructiva.

Derek Pfaff, de 30 años, fue sometido a un procedimiento quirúrgico que duró más de 50 horas y requirió la participación de un equipo multidisciplinario compuesto por al menos 80 especialistas.

La cirugía, que incluyó una planificación exhaustiva mediante tecnología digital avanzada, permitió reconstruir el 85 % de su rostro con tejido de un donante. Entre las áreas restauradas se encuentran los párpados, la nariz, las mandíbulas, los dientes, las mejillas, el cuello y partes del paladar.

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El procedimiento también devolvió al paciente la capacidad de realizar funciones básicas como parpadear, respirar por la nariz, sonreír, masticar y tragar, actividades que había perdido tras el incidente que ocurrió en 2014.

En ese momento, Pfaff, con 19 años, intentó quitarse la vida en su casa durante las vacaciones de primavera. Aunque sobrevivió, su rostro quedó gravemente dañado.

Un largo camino de reconstrucción

Durante la última década, Pfaff se sometió a 58 cirugías reconstructivas sin lograr resultados suficientes. Carecía de nariz, tenía dificultades para hablar y respirar, y dependía de una sonda para alimentarse. Además, había perdido la capacidad de parpadear y contaba con un solo ojo funcional.

Tras agotar las opciones quirúrgicas tradicionales, los médicos le sugirieron un trasplante facial, una intervención aún poco común pero en constante desarrollo. En febrero de 2024, tras encontrar un donante compatible, se procedió a la cirugía.

El doctor Samir Mardini, cirujano reconstructivo y director del Programa de Trasplante Reconstructivo de la Clínica Mayo, lideró el equipo encargado del trasplante.

El procedimiento implicó la reconexión precisa de nervios y vasos sanguíneos entre el tejido del donante y el receptor, garantizando la restauración de funciones motoras y sensoriales.

Según Mardini, este tipo de operación, aunque no salva vidas en el sentido convencional, transforma por completo la calidad de vida de los pacientes.

Un proceso quirúrgico innovador

La cirugía fue precedida por meses de preparación detallada. Los especialistas utilizaron escaneos de alta resolución para crear un modelo digital de los rostros del donante y el receptor, lo que permitió simular la operación antes de realizarla físicamente.

Este enfoque facilitó la planificación de la compleja reconexión de estructuras faciales, incluyendo pequeños nervios esenciales para funciones como sonreír, comer y parpadear.

Además de la cirugía inicial, Pfaff se sometió posteriormente a procedimientos adicionales destinados a perfeccionar la funcionalidad de su lengua y párpados, así como a ajustar la apariencia general de su rostro.

Un mensaje de esperanza

Pfaff, quien describe la operación como un punto de inflexión en su vida, ha decidido utilizar su experiencia para sensibilizar sobre la importancia de la salud mental y la prevención del suicidio. Su historia, según afirma, busca inspirar a otros a buscar apoyo y a no perder la esperanza.

"Debí haber muerto esa noche, pero estoy agradecido de estar vivo", declaró Pfaff. Con su nueva perspectiva, se ha convertido en un defensor activo, destacando la importancia de reconocer las señales de alerta y de ofrecer ayuda a quienes enfrentan problemas emocionales.

Desde el primer trasplante facial realizado hace casi dos décadas, más de 50 procedimientos de este tipo se han llevado a cabo en todo el mundo. La Clínica Mayo ha realizado dos, incluido el caso de Pfaff, consolidándose como una institución pionera en este tipo de cirugías.

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