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Narcos invisibles en la mira

Con un perfil discreto y bajo el supuesto que tienen mimetizadas sus acciones en el negocio del narcotráfico, están bajo la lupa de las autoridades seis personas. A este grupo lo han denominado narcos invisibles. Un segundo colectivo es señalado como capos residuales. El seguimiento a sus actividades es clave en la nueva estrategia que comienza a funcionar para reducir la producción, comercialización y lavado.

Por Agencia Periodismo Investigativo |

Una década después que se evidenciaran los nexos con el narcotráfico del polémico piloto, Luis Guillermo Ángel Restrepo, quien en los años noventa hizo parte de los denominados ‘Doce del Patíbulo’, delatores de Pablo Escobar e indultados por la justicia en 1993, reaparece en un listado que manejan las autoridades de narcos invisibles. Se trata de señalados traficantes que actúan con un perfil soterrado y gran poder regional que les ha permitido cooptar instituciones y usar a la población civil para ocultar sus negocios eludiendo a la justicia.

El nombre de Ángel surgió nuevamente, en desarrollo de la presentación que hace pocas semanas hizo la Fiscalía, la Policía Antinarcóticos y otras autoridades, con el propósito de iniciar una nueva estrategia para combatir el flagelo del narcotráfico. En concreto, caracterizado por el desbordado crecimiento de los cultivos ilícitos hasta llegar a 172.000 hectáreas en 2017 y por la generación de esquemas alternativos de comercialización, consumo y lavado de dinero.

Del mismo modo, el punto esencial que se planteó, además de las nuevas formas del negocio, fue identificar quienes lo estaban ejecutando y de que manera, en la perspectiva que el fenómeno de los grandes carteles de la droga, Medellín, Cali o Norte del Valle desapareció y dieron paso a organizaciones en dos categorías. Las tipo A con presencia nacional y transnacional conformada por tres grupos y las denominadas clase B que operan  a nivel regional y transnacional, integradas por 24 bandas criminales.

 

Gráfico

Entonces surgió la información de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional, Diran, que detalló quienes son los personajes que actualmente están manejando la actividad y cómo esta nueva forma de organización de mercados ilícitos se denomina ahora “sistema de redes de valor”. En concreto, se trata del esquema que además de tener unos eslabones y actividades propias como redes y empresas que proveen servicios, tienen además, seguridad, proveedores de insumos, financiadores y servicios de captura del Estado. Una actividad que se complementa con otros actores, que en consideración de las autoridades, “no son tan visibles pero dinamizan y perpetúan el sistema, con el fin de obtener beneficios económicos y ventajas legales frente a la acción estatal.

Por eso, se definieron dos grupos de narcotraficantes denominados invisibles y residuales. En el primer caso, se trata de aquellos traficantes que actúan con un bajo perfil y que con el paso del tiempo mediante su poder regional han cooptado instituciones y usan testaferros para desarrollar su actividad.

Estos denominados narcos invisibles, según las autoridades, lo conforman el mencionado Luis Guillermo Ángel Restrepo, conocido con el alias de ‘Guillo’. Se trata de un experto piloto comercial que en la década de los setenta terminó enredado por trabajar con el Cartel de Medellín. No obstante, en 1993, durante el gobierno de Cesar Gaviria, fue beneficiario de un indulto por colaborar en la lucha por desmantelar la organización de Pablo Escobar.

Guillo

De allí en adelante su vida, se convirtió en una caja de sorpresas. Hizo empresa a través de la compañía Helicargo. Migró al Perú a ejercer su actividad aeronáutica. También, su familia se dedicó al negocio de la televisión por cable, a través de Cablepacífico, hoy, Claro. Incursionó en la ganadería junto con su familia, en la cría de búfalos en el departamento de Antioquia.

No obstante, se vio envuelto en polémicas cuando intentó ampliar las operaciones de su empresa aeronáutica, además, por las denuncias del controvertido fotógrafo Baruch Vega, informante de la DEA, quien lo señaló de ser piloto de los hermanos Ochoa, narcotraficantes del desaparecido Cartel de Medellín.

A este hecho, se suma la denuncia del periodista Daniel Coronell, quien afirmó que fue Ángel, una de las personas que estuvo detrás de las amenazas que lo obligaron a radicarse en Estados Unidos junto con su familia, en 2005. Un año después, el 24 de febrero de 2006, el nombre del piloto salió a palestra porque en el accidente de un helicóptero de su empresa, Helicargo, falleció el asesor presidencial Pedro Juan Moreno, uno de los hombres más cercano a Álvaro Uribe Vélez.

Durante años, junto con su hermano Juan Gonzalo Ángel, el piloto, en escenarios públicos y estrados judiciales, se dedicó a defenderse de señalamientos, argumentando que no perteneció a la mafia, aclarando sus nexos con Pablo Escobar y afirmando que tanto él como su hermano son empresarios prósperos. Desde entonces, poco se sabía de Luis Guillermo Ángel Restrepo, hasta el reciente reporte de la Fiscalía y de la Dirección Antinarcóticos de la Policía que lo ubican en la lista de ‘Narcos Invisibles’. Reiteran que no tienen cuentas pendientes con la justicia.

Pero Ángel no es el único en la lista. En Cauca, el cuarto departamento con mayor presencia de hectáreas de cultivos ilícitos, 15.960 hectáreas, equivalentes al 9% del total de los territorios se encuentran otros tres denominados capos invisibles. Son ellos, Orlando Muñoz, alías ‘El Indio’, Hugo López Díaz, alias ‘Don Hugo’ y Pedro Luis Zuleta alias ‘El inválido’. Estos presuntos narcotraficantes, tienen como característica, que su organización es conformada por clanes familiares, fueron cabecillas en algún momento bajo la lupa de las autoridades, se retiraron de grandes organizaciones o carteles y montaron la suya y sostienen vínculos con el crimen organizado.

Otros

En este combo de señalados traficantes, causa particular atención el caso de Pedro Luis Zuleta Noscué, alias ‘El Inválido’. Se trata del exjefe de finanzas del sexto frente de las antiguas Farc en el sur del Cauca. Según reportes conocidos por la Agencia de Periodismo Investigativo, API, Zuleta tenía como función los envíos internacionales de droga de la entonces  agrupación guerrillera, así como el pago y el recaudo de los dineros por esa actividad. Fue capturado en 2017 en Monterredondo, Cauca, pero fue dejado en libertad, al ser incluido en la lista de reincorporados por parte del gobierno nacional dentro del Acuerdo de Paz. Sin embargo, y luego de enviar droga a Estados Unidos, desde 1985 hasta 2011, el pasado 18 de octubre, la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, OFAC, lo incluyó en la denominada Lista Clinton. En este momento está a la espera de si la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, autoriza o no su extradición.

En el departamento de Norte de Santander, operan Miguel Salazar, alias ‘Porrón’ y Omar Álvarez, alias ‘Don Omar’. Esta región del país, es la segunda de mayor afectación por presencia de cultivos ilícitos. Cifras de la Oficina de Naciones Unidas contra Droga y el Delito, Unodc, indican que en la zona existen a 2017, el 26% del total de cultivos que hay en el país con 28.244 hectáreas, producción que en parte es manejada por estos dos narcos y su organización criminal.

Miguel

Un segundo grupo, que complementa la lista de los denominados narcos invisibles, está conformado por los que señala la Fiscalía como ‘Capos Residuales’. Se trata de traficantes que están recuperando sus bienes entregados a testaferros y que tienen como misión retomar las líneas de tráfico de drogas. Son encargados además, de efectuar la inversión en redes de narcotraficantes de bajo perfil y de realizar el ofrecimiento de enlaces internacionales para la comercialización de cocaína.

El listado lo conforman Víctor Patiño Fómeque, alias ‘El Químico’, quien salió del país en 2010 y sigue siendo un misterio su existencia. A él, se suman Ramón Caro, alias ‘El Teniente’ y Eduardo Restrepo alias ‘El Socio’ considerado como el gran capo del narcotráfico en el departamento del Tolima y quien fue dejado en libertad el pasado 17 de julio de 2018. Según lo han documentado las autoridades, trabajó con varios capos del Cartel del Norte del Valle y tuvo contactos con Amado Carrillo Fuentes, alias ‘El señor de los cielos’, y con el hoy procesado por la justicia de Estados Unidos, Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.

Capos

Un grupo de mafiosos al que también pertenecen Eliecer Asprilla, alias ‘Negro Asprilla’, Leyner Valencia, alias ‘Piraña’ y Gildardo Rodríguez, alias ‘Camisa Roja’, quienes están recuperando, según las autoridades el negocio del narcotráfico en su condición de capos residuales.

En momentos, en que se inició una nueva estrategia disruptiva para combatir el narcotráfico y cuando se empieza a relanzar la aspersión de cultivos ilícitos con la utilización de drones y sustancias como el glifosato, una mirada profunda a las actividades de los denominados narcos invisibles y capos residuales, es la clave para reducir el negocio del narcotráfico, un lastre que desde hace décadas domina a Colombia.

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