La semana pasada la senadora María Fernanda Cabal anunció su precandidatura presidencial en las elecciones de 2022. De paso, se desmarcó del gobierno de Iván Duque al asegurar que el mandatario no asumió las banderas de la política de seguridad del expresidente Uribe. La congresista fue más allá y fustigó a Duque al asegurar que tomó de manera pasiva la inteligencia del Estado y denunció que detrás del Paro Nacional está el Ejército de Liberación Nacional, ELN.
De 57 años de edad y de profesión politóloga egresada de la Universidad de Los Andes, Cabal se ha dado a conocer no solo por sus posiciones de extrema derecha sino también por sus equivocaciones, expresiones o salidas en falso que han causado polémica a nivel nacional. Junto con su esposo José Félix Lafaurie, presidente de Fedegan generan controversia frecuente.
Uno de los episodios más criticados fue un trino que posteó luego de conocerse la muerte del Premio Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez. Con una foto del dictador cubano Fidel Castro y otra de Márquez, escribió; “juntos en el infierno”.
Esta declaración la hizo en abril de 2014, dos meses antes de tomar posesión como Representante a la Cámara por el partido Centro Democrático; una curul que obtuvo encabezando la lista abierta de la colectividad en donde logró la quinta votación.
En noviembre de 2015 Cabal se fue lanza en ristre en contra del entonces presidente Juan Manuel Santos y el fiscal Eduardo Montealegre. Advirtió que en medio de los atentados terroristas de Francia, ellos saldrían a rechazarlos pero en cambio guardaban silencio ante el ataque de las Farc en Antioquia.
Entonces sus polémicas aseveraciones no pararon. En el año 2016 criticó al Ejército Nacional al que calificó de vendido y aseguró que a los generales de la época les habían pagado una prima de silencio. “El Ejército no está hecho para ser “damas rosadas, el Ejército es una fuerza letal de combate que entra a matar”, indicó la parlamentaria.
Un año después en el acto de dejación de armas por parte de las Farc, en Mesetas, Meta, la congresista Cabal ante la pregunta sobre las garantías que proporcionaba la ONU como garante, en un contrapunteo con el senador del Polo Democrático Iván Cepeda, confundió la Unión Soviética con Rusia.
Pero quizás una de sus mayores controversias fue en el año 2019, cuando compartió una fotografía de cuatro personas con un mensaje; “el terrorismo trasnacional promovido por el Foro de Sao Paulo”. Los cuatro hombres de la imagen resultaron ser reconocidos youtubers y no guerrilleros de las Farc como ella había sugerido.
Sus salidas en falso se convirtieron en su mejor plataforma publicitaria y hasta de campaña. De hecho, cada asunto que postea es polémica y se hace viral. Por eso, desde la semana pasada cuando anunció que iniciaría su carrera presidencial, los cuestionamientos, burlas y parodias no se hicieron esperar. De nuevo surgieron debates entre opositores y defensores.
Entonces apareció su hijo Juan José Lafaurie Cabal, quien había mantenido un bajo perfil, luego de un bochornoso episodio que protagonizó en el año 2016 cuando era menor de edad y asistió a un prom. Ahora salió en defensa de su madre con una frase que para algunos resultó una afrenta y que generó que le recordaran tal episodio.
“Se ríen de su precandidatura hoy, llorarán con su elección en un año”, advirtió en uno de sus trinos. Días atrás había asegurado que ya era hora de la derecha de verdad, “Aquí no podemos seguir votando por candidatos que se hacen elegir con las ideas de la derecha y gobiernan con las ideas fracasadas de la izquierda”.
Incluso también ha cuestionado a funcionarios cercanos al partido Centro Democrático como Rafael Guarín. En uno de sus comentarios advirtió que no le fueran a sugerir a que la gente podría defenderse en sus casas con los cuchillos de cocina porque de inmediato los prohibiría.
El hijo de la pareja Lafaurie Cabal, un estudiante de derecho y modelo que se autodefine como creyente en Dios y hombre de derecha, ya en el pasado había protagonizado su propia polémica. Hoy sus contradictores la recuerdan en momentos en que aparece en la escena política a través de sus redes sociales en las que se acerca a los 50.000 seguidores, bajo el lema: “Dios por siempre, conservador y de derecha”.
Fue a mediados de junio de 2016. La fiesta de fin de bachillerato del colegio Los Nogales de Bogotá en el Salón Rojo del Hotel Tequendama terminó en pelea por cuenta de dos encumbrados protagonistas: Juan José Lafaurie Cabal y Francesco Fasanelli.
Lafaurie tenía 17 años y su rival Fasanelli de 18, hijo del accionista mayoritario de la empresa Simoniz, dedicada a la producción y comercialización de cosméticos y productos para la conservación de automóviles.
Fasanelli estaba graduándose. Lafaurie acaba de terminar de cursar décimo grado en el colegio Anglo Colombiano. Ambos llegaron al prom al que asistieron cerca de 400 personas. Los dos jóvenes se conocían; de hecho, en el pasado tuvieron alguna amistad, y se veían con alguna frecuencia en Mesa de Yeguas, el prestigioso club de Anapoima, pero terminaron distanciados por asuntos de novias en común.
Según testigos de lo sucedido, hacia las 3 am, cuando el joven Lafaurie se retiraba de la fiesta en compañía de su amigo Juan Diego Forero, advirtió que Fasanelli estaba en el lobby del hotel acompañando de una exnovia suya. Entonces comenzó el rifi rafe con fuertes provocaciones verbales.
Sin embargo, el joven Lafaurie se subió al vehículo con destino a la casa de su compañero pero a otro compañero suyo se le olvidó el saco del colegio Anglo y por eso se devolvieron a buscarlo. De nuevo en el hotel, los jóvenes se calentaron. “Modelito, modelito”, le gritaba Fasanelli a Lafaurie, al tiempo que se rodeaban de amigos de parte y parte, ante la atenta mirada de varios soldados que custodiaban el Hotel Tequendama.
Después vino el forcejeo, los puños, el escándalo y el saldo de la gresca. Lafaurie sacó ventaja y agredió a su contendor quien luego de varios golpes terminó en el piso y una incapacidad posterior de 35 días.
Para el momento de los hechos, el joven Lafaurie, reconoció el incidente, pero aseguró que únicamente le dio un puñetazo fuerte a Fasanelli. Un amigo suyo señaló: “eso estuvo mal, pero no fue una pelea fuerte, nadie actuó con sevicia”.
Por el contrario, los allegados a Fasanelli sostuvieron que fue más que un simple puño. A las horas siguientes del suceso, hubo mensajes amenazantes por las redes sociales, entre las partes. Sin embargo, en la red social Ask apareció otro caso de riña al que estuvo vinculado el joven Lafaurie.
Para la época, la congresista Maria Fernanda Cabal indicó que no tuvo conocimiento del hecho, conminó a su hijo a asumir su responsabilidad y a dar explicaciones frente al incidente.
Ahora que avanza la precandidatura presidencial de la senadora Cabal, su hijo Juan José Lafaurie sale en su defensa y la apoya irrestrictamente al tiempo que asegura que no aspirará al Senado, contradictores recuerdan sus antecedentes. Para unos, un hecho que nada tiene que ver con la nueva intención presidencial de su progenitora y para otros una muestra del polémico entorno familiar, en los avatares propios de la política y la polarización.
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