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Impunidad ronda extraña muerte de Andrea Cabrera

Se cumplieron diez meses del fallecimiento de la joven en un bar del norte de Bogotá. Con la hipótesis de que tres jóvenes le habrían suministrado éxtasis en el trago, el asunto no avanza. Más de treinta testimonios recogidos, pruebas forenses, interrogatorios y amplia documentación no han sido suficientes para que el fiscal del caso determine cuál es la verdad. Exámenes enviados a Estados Unidos, se convierten en elemento clave del caso.

Por Agencia Periodismo Investigativo |

El pasado 4 de febrero murió en extrañas circunstancias la joven de 25 años de edad, María Andrea Cabrera. Su deceso se produjo en extrañas circunstancias, luego de salir del bar Mint, al norte de Bogotá en donde supuestamente habría consumido licor y éxtasis, aparentemente suministrado por un grupo de jóvenes con quienes se encontraba. Hoy, cuando se cumplen diez meses del hecho, el proceso no avanza en la Fiscalía y persisten más dudas que certezas en un caso que conmocionó al país.

El avance del proceso para el esclarecimiento de la muerte de la joven es lento. Hace seis meses, el general Fabricio Cabrera Ortíz, a través de sus abogados presentó ante la Fiscalía General de la Nación, una solicitud de petición por el presunto delito de homicidio doloso. Esta solicitud fue en contra de los jóvenes Jaime Esparza, Luis Miguel Flórez y Mauricio ladino, quienes en la noche de los hechos compartieron varias horas con la joven Cabrera.

La base argumental que se planteó para probar que los tres jóvenes tuvieron una supuesta responsabilidad en el hecho es que uno de ellos, Luis Miguel Flórez, si tenía conocimiento de que la joven Cabrera consumió una pastilla de éxtasis. El documento en donde se pide la imputación a la Fiscalía, señala que Andrea Cabrera nunca consumió el alucinógeno pero sin darse cuenta alguno de los jóvenes acompañantes presuntamente lo incorporó en un trago que estaba tomando con una bebida energizante como pasante del licor.

María Andrea

El licor que estaban consumiendo era aguardiente y según los testimonios de amigas de la joven fallecida y otros asistentes  que esa noche se encontraban en el bar, recogidos por los investigadores designados por la defensa de Cabrera, demuestran que el control del licor lo tuvieron siempre Mauricio Ladino, Luis Miguel Flórez y Jaime Esparza y un cuarto joven que apareció en la escena a quien uno de los clientes del bar identificó como Daniel Barona.

Esta recopilación de testimonios, la inspección al bar Mint y algunos registros audiovisuales dan cuenta que en las casi tres horas que permanecieron en el sitio, se pudo haber materializado el hecho de que tanto a Cabrera como a su amiga, María Carolina Daza, les pusieron la pastilla de éxtasis mientras iban y venían a la mesa, luego de departir con otras personas o ir al baño del establecimiento.

A esta información se suman los testimonios recopilados de los jóvenes quienes al parecer reconocieron a los investigadores del caso que son consumidores poco frecuentes de éxtasis, pero que esa noche para sentirse mejor sí se tomaron la droga. De manera adicional, resalta la investigación, que pocos minutos después de ingresar al bar la joven Cabrera empezó a sentirse mal y pese a que tuvo sangrado por la nariz, vómito y no mostraba un buen aspecto físico no fue trasladada a un centro asistencial de la zona.

A esta información se suman los testimonios recopilados de los jóvenes quienes al parecer reconocieron a los investigadores del caso que son consumidores poco frecuentes de éxtasis, pero que esa noche para sentirse mejor sí se tomaron la droga.

De manera adicional, resalta la investigación, que pocos minutos después de ingresar al bar la joven Cabrera empezó a sentirse mal y pese a que tuvo sangrado por la nariz, vómito y no mostraba un buen aspecto físico no fue trasladada a un centro asistencial de la zona.

María Andrea

Dentro del proceso que lleva un fiscal de la Unidad de Vida de la seccional Bogotá de la Fiscalía, los tres indagados han argumentado que pensaron que el estado de salud mostrado por la joven, era producto de una noche de tragos. No obstante, quien al parecer sí se compadeció de la situación médica de Cabrera fue su amiga, María Carolina Daza, quien incluso confrontó a los tres jóvenes y les preguntó si efectivamente le habían incorporado alguna sustancia a la bebida.

En esta escena es que radica uno de los argumentos clave del caso, que al parecer, la justicia no quiere ahondar, y es que, según el testimonio de la joven Daza, consignado en la solicitud de imputación por homicidio a los tres jóvenes, Luis Miguel Flórez, en medio de la aparatosa situación reconoció que solo fue una pastilla la que le dieron entre el trago.

Flórez fue requerido por el caso, pero negó categóricamente los señalamientos, de allí que este fuera el principal argumento para que los abogados de la víctima dedujeran que se trató de un presunto homicidio doloso. Dicha solicitud de imputación, también recoge otras versiones que indican que los jóvenes Flórez, Esparza y Ladino, tenían como práctica, supuestamente, introducir sustancias cuando salían con mujeres y querían algo más que rumba. Pero los tres, mediante sus defensas y familiares descartan enfáticamente esa versión y dicen que son muchachos con hábitos normales de diversión en bares.

Los  avances que ha tenido el proceso, se han derivado de las actuaciones del penalista Jaime Granados, quien representa al general Fabricio Cabrera padre de la víctima, y quien ha bajado el perfil del caso como quiera que tiene una nueva expectativa en las Fuerzas Militares pues por una decisión del Tribunal Administrativo de Cundinamarca, del pasado 12 de septiembre se ordenó su reintegro a la institución castrense luego que presentara una demanda de nulidad del decreto 646 del 28 de marzo de 2014 mediante la cual fue retirado del servicio activo de las Fuerzas Militares por el gobierno del entonces presidente Juan Manuel Santos.

General Cabrera

La decisión judicial obligó al Ejército a reintegrarlo al escalafón de oficiales, a pagar los salarios y prestaciones sociales dejados de recibir, cancelar el valor de los prejuicios extrapatrimoniales, condenar en costas procesales y reconocer los intereses moratorios. Según el fallo, el general Cabrera permaneció como oficial del Ejército Nacional durante más de 34 años hasta llegar al grado de brigadier general cuando fue retirado. De hecho, en la época fuerte del conflicto con las Farc, en los años 2010 a 2012 ocupó el cargo de Comandante de la XII Brigada del Ejército, con sede en el departamento del Caquetá en donde la institución le reconoció sus resultados operacionales y administrativos.

También, entre otros cargos, se destacó como jefe de la Jefatura de Aviación del Ejército Nacional, en dónde también obtuvo diversas condecoraciones. Pese a ello, el ministro de Defensa de la época, Juan Carlos Pinzón, en un enérgico pronunciamiento  ante los medios de comunicación dijo que el general Cabrera había incurrido en faltas a sus deberes funcionales y ordenó el retiro de la institución.  Ese mismo día, se le dio la orden de salir a disfrutar de sus vacaciones durante un periodo de 60 días, descanso correspondiente a los periodos no tomados desde el año 2006 y al periodo adelantado para el año 2014.

También, entre otros cargos, se destacó como jefe de la Jefatura de Aviación del Ejército Nacional, en dónde también obtuvo diversas condecoraciones. Pese a ello, el ministro de Defensa de la época, Juan Carlos Pinzón, en un enérgico pronunciamiento  ante los medios de comunicación dijo que el general Cabrera había incurrido en faltas a sus deberes funcionales y ordenó el retiro de la institución. Ese mismo día, se le dio la orden de salir a disfrutar de sus vacaciones durante un periodo de 60 días, descanso correspondiente a los periodos no tomados desde el año 2006 y al periodo adelantado para el año 2014.

Con un detalle adicional y es que el 6 de marzo de 2014 el oficial solicitó formalmente mediante un derecho de petición que se le entregara copia del decreto mediante el cual el presidente de la República había ordenado el retiro del Ejército Nacional, documento que no le fue entregado. Este hecho y otros argumentos en consideración del tribunal fueron suficientes para conceptuar que le fueron desconocidos sus derechos fundamentales al debido proceso, defensa y contradicción. Sin embargo, el ministerio de Defensa apeló la decisión el pasado 26 de septiembre, la cual está en trámite.

La Agencia de Periodismo Investigativo, API, revisó el trámite del proceso y encontró que en el caso han rendido sendos interrogatorios Luis Miguel Flórez, Jaime Esparza y Mauricio Ladino, quienes han ratificado ante la justicia que no tienen responsabilidad alguna en la muerte de la joven María Andrea Cabrera.

El otro aspecto, que es objeto de debate es el dictamen de Medicina Legal que señaló que efectivamente la joven murió por la intoxicación que le produjo la mezcla de éxtasis y licor. La defensa de la víctima siguió avanzando para esclarecer que fue lo que pasó y desde mediados de este año envió a Estados Unidos una muestra con el propósito de confirmar o desvirtuar el examen forense del Instituto. Resultados que el laboratorio internacional aún no ha entregado a la Fiscalía. Según conoció API, hay algunas dificultades por el tamaño de la muestra remitida, un asunto que ha retrasado el avance del caso. Por lo demás, los testimonios dentro del expediente ya suman más de 30, pero paradójicamente, el caso no avanza en la justicia penal.

Será la primera navidad y año nuevo que la familia Cabrera pasa sin su hija. Lo único que claman sus padres y abogados es el esclarecimiento de los hechos por parte de las autoridades. Al preguntarle a uno de ellos porque intuye que el caso no avanza con firmeza responde: “por lo mismo que pasa con los casos sensibles”.

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