Andrés Gustavo Ricci García nació el 19 de julio de 1965 en Cali. Pasó del anonimato a una celda en la penitenciaría de alta seguridad en Jamundí, Valle, tras asesinar con saña y sangre fría, de un balazo, a la mujer que lo amaba, Luz Mary Tristán, la gloria del deporte nacional e icono del patinaje colombiano que en 1990 se alzó con el campeonato mundial de esa disciplina. Una mujer que en el deporte y en la vida se cayó y se levantó mil veces.
En diciembre de 2017, la expareja de Ricci García, María del Pilar Jaramillo, usó una de sus redes sociales para desahogarse y, como dijo un internauta, para alzar la voz y que otras mujeres escucharan y no repitieran su historia. Lamentablemente, Tristán no leyó, o no creyó o, como muchas víctimas de violencia intrafamiliar, pensó que podía cambiar el comportamiento hostil y violento de aquel sujeto.
Jaramillo, en su escrito, entregó varias luces. La primera, la inmensa fortuna de aquel hombre: “Lo único que se le ocurrió fue decirle a mi abogada que lo único que me importaba era la plata. Es alguien muy rico y ahí dice que no me tocó nada, el que quiera leer”, empezó de esa manera su relato la mujer.
Pero luego detalló una serie de abusos físicos y psicológicos por parte de Ricci García: “la verdad, todo esto lo estoy haciendo porque siempre me quedé callada. Estamos acostumbrados a la violencia desde siempre. Él me pegó muchas veces, me prohibía salir con mis amigas, y yo, que es lo peor de todo, lo permitía. Me trataba de perra, recibí mucho maltrato de parte de él y yo lo permití. Llevo cinco meses tomando pastillas antidepresivas y tratando de recuperarme”, indicó la mujer en una especie de catarsis literaria.
Aunque paradójicamente el documento de divorcio suscrito por la pareja Ricci Jaramillo en la Notaría Sexta de Cali el 29 de julio de 2017, en el numeral quinto se indicó que la sociedad conyugal no adquirió bienes muebles o inmuebles, el rastro empresarial parece concordar más con el inicio del escrito de la mujer, en la que indicó que éste era “intensamente rico”.
Negocio millonario
El 8 de enero de 1992, Andrés Gustavo Ricci García creó la empresa Comercializadora Llantas Unidas S.A mediante escritura pública 023 de la Notaría Sexta de Cali. Dos años antes, Luz Mary Tristán se había coronado en una carrera de 5.000 metros como la campeona mundial de patinaje. Actualmente, y en el informe más reciente de la Superintendencia de Sociedades, la sociedad ocupa el puesto 4.664 de las empresas más grandes del país.
A 31 de diciembre de 2022, obtuvo ingresos operacionales por $45.011 millones, ganancias de $4.331 millones, un total de activos de $61.455 millones, pasivos de $55.655 millones y un patrimonio de $4.799 millones.
El objeto social registrado en su constitución era la compra, venta, distribución y comercialización de toda clase de lubricantes, grasas, aditivos y similares, filtros y accesorios para vehículos y la representación ensambladores de carros y repuestos Otra de las áreas estipuladas a desarrollarse era la producción y comercialización de abonos químicos o naturales, fungicidas, plaguicidas químicos o biodegradables.
Facsimil de la primera página de la escritura de Constitución de la Comercializadora de Llantas que constituyó Andres Ricci.
Como accionistas además de Andrés Gustavo Ricci García, hacían parte Natalia Piedrahita, Juan Camilo Ricci Piedrahita, Laura Ricci Piedrahita y Juliana Ricci Piedrahita. Como Juan Camilo, Laura y Juliana eran entonces menores de edad, ellos estaban representados por sus padres Andrés y Natalia, quienes tenían el mismo número de acciones: 1.304.221, y los hijos cada uno 64.842 acciones.
Dos años después, los esposos Andrés Gustavo Ricci y Natalia Piedrahita transformaron la sociedad a Limitada, mantuvieron la razón social y en 1996 también mediante escritura pública realizaron una nueva reforma por aumento de capital social. En el año 2000 aumentaron el capital en $266 millones, quedando en $700 millones, esto gracias a que a 31 de diciembre de 1999 la empresa registró ventas brutas por $6326 millones.
A 31 de diciembre de 2001, registró un activo corriente de $24.4 millones, inversiones de $38.1 millones, inventarios de $2.235 millones para un total de activo corriente de $5.321 millones. El total de activo registrado fue de $6549 millones. Los ingresos operativos al 31 de diciembre fueron de $9.349 millones y al 31 de agosto de 2022 $9.137 millones. Con una utilidad bruta de $2.468 millones al 31 de diciembre de 2001 y de $2.546 millones al 31 de agosto de 2002.
Llanta de repuesto
Ese año, la empresa lanzó su propia marca, Llantas Unidas, y luego en 2007 Richstone; así mismo, en esa vigencia aumentaron las inversiones en la sociedad Compañía Lima Caucho S.A.
Ya para el año 2009, el negocio de las llantas y afines parecía no tener techo. Andrés Gustavo Ricci, en octubre de ese año, dio el salto de ser una sociedad anónima a una por acciones simplificadas con un capital autorizado de $7.000 millones y uno suscrito de $6.454 millones.
En el informe de gestión que presentó Ricci para esa época, habló de la turbulencia internacional, en que la discusión económica se centró en las perspectivas de crecimiento de los Estados Unidos y hasta en la profundización de la crisis hipotecaria en ese país con coletazos en la banca de intermediación.
Andrés Ricci tras su captura por el feminicidio de su expareja Luz Mery Tristán.
Sin embargo, hizo referencia a la variación anual de índices de precios al consumidor, IPC, que para entonces estaba en 7.67%, el ajuste de precios que realizó en el último semestre de 2008. Como logró indicó que en esa vigencia la Dian solo los inspeccionó dos veces como usuarios aduaneros permanentes, lo que les permitió acelerar el proceso de entrega, almacenaje y distribución de dichos productos.
Así mismo, abrió otro establecimiento de comercio en la avenida sexta de la ciudad. En el año 2012, ya tenían como domicilio principal el kilómetro 6 vía aeropuerto bodegas 8 y 9 de la Zona Franca del Pacífico y su información financiera continuaba con buenos números. Un activo total de $94.801 millones y una utilidad de $3.056 millones al 31 de diciembre de 2011.
Esto motivó a los accionistas a aumentar su capital de $7.000 millones a $18.000 millones. También decidieron que la empresa absorbiera a Rubbermix SAS. En el balance presentado de ese año, en cuanto al pasivo corriente, registraron obligaciones financieras con la Fundación Antonio Restrepo por $8585 millones.
Los aumentos de capitales continuaron con los años. La información financiera al 31 de diciembre de 2012 fue de activos totales por $121.441 millones, utilidades netas por $935 millones e ingresos operacionales por $55.592 millones.
Pinchazo repentino
Para el año siguiente y según consta en Asamblea Extraordinaria de Accionistas en su acta 60, su gestor, fundador y representante legal de la empresa, Andrés Gustavo Ricci García, ya solo tenía tres acciones en la empresa. Su esposa Natalia no figuraba como socia, sino únicamente sus hijos, Laura, Juliana y Juan Camilo, cada uno con el 33.3% de las acciones correspondientes a 4.495.664 acciones.
A pesar de tener ese número no decisorio de acciones, el 4 de marzo de 2015, Ricci García informó que ejercía una situación de control sobre la sociedad.
Un año después, en febrero de 2015, la Superintendencia de Sociedades mediante auto 400002689 admitió la sociedad en un trámite de reorganización. En la motivación entregada, se indicó que a 30 de noviembre de 2014, la sociedad registraba activos por $149.686 millones disgregados así: disponible $214 millones, en inversiones $7010 millones, clientes $24.217 millones, inventarios por $22.996 millones, propiedad, planta y equipos $14.903, intangibles $514 millones, diferidos $426 millones y valorizaciones $65.679 millones.
Imagen de acta de asamblea en donde Andrés Ricci aparece sin acciones en su empresa Comercializadora de Llantas Unidas.
No obstante, la situación registrada en cuanto a los pasivos había cambiado. Pasivos por $77.583 millones representados en obligaciones financieras $46.283 millones, proveedores $25.084 millones, cuentas por pagar $1.893 millones, obligaciones laborales $535 millones e impuestos, más de $1.000 millones.
En otras palabras, para ese momento la sociedad presentaba una pérdida de $6.160 millones y cumplía con el criterio de admisión que es la cesación de pagos, pues tenía obligaciones vencidas por más de 90 días que representaban el 17%, esto es $3.237 millones. Así las cosas, el 23 de febrero de 2015, Germán Ricardo Arias se posesionó como promotor dentro del proceso de reorganización.
El 8 de abril de 2016, dentro del acto administrativo de la Superintendencia se evidenció como acreedores a Lima Cauchi S.A, Sumitomi Rubber Latinoamérica, Mediterranean Shopping, Sociedad Portuaria de Buenaventura y Transportes Navieros.
En el comité de acreedores, en representación de los trabajadores, Sergio Lara Bedoya, de entidades públicas como la Dian, de las entidades financieras Banco de Bogotá, de los acreedores internos Andrés Gustavo Ricci y de los demás acreedores externos como principal Sergio Cabrera Abogados y como suplente la Fundación Antonio Restrepo Barco.
La Fundación Antonio Restrepo Barco data del 6 de abril de 1967, fecha en la que el Ministerio de Justicia le otorgó personería jurídica mediante resolución 1186. El objeto de la entidad es el desarrollo educativo, técnico y cultural, especialmente de la niñez y juventud carente de recursos. Para cumplir con su misión, encaminaría los proyectos en el área de la salud y de la familia.
Extrañamente la Fundación Antonio Restrepo Barco, terminó metida en el negocio de las llantas que gestó Andrés Ricci, oficio que demuestra su participacion en el negocio.
Para el 28 de enero de 1997, los miembros de la junta eran Miguel Londoño Barona, Sabas Pretelt de La Vega, Henrique Tono, Álvaro Ortiz Valdovinos, entre otros.
Curiosamente, en el año 2002, exactamente el 20 de mayo, Julio Carlos Vergara Vergara solicitó la inscripción en el registro mercantil como matriz o controlante de la sociedad Rubbermix S.A., constituida el 9 de noviembre de 1990 en Cali, cuyo objeto social es la manufactura de caucho, en particular la producción de llantas. Es decir, la ONG sería la controlante de Rubbermix S.A., la empresa que años después fue fusionada con Comercializadora Llantas Unidas S.A.
Once años después de esa situación de control, fue levantada teniendo en cuenta que mediante documento privado el 17 de mayo de 2011, la Fundación cedió a título de venta las acciones que tenía en Rubbermix S.A. a la Sociedad Comercializadora de Llantas Unidas. Pero al parecer, se levantó el control pero no se realizó el pago.
Con otro detalle, el 17 de agosto de 2016, en comunicación dirigida a la Cámara de Comercio de Palmira, Laura Ricci Piedrahita, hija de Andrés Ricci y accionista de la empresa, actuando como Representante Legal Suplente de la sociedad, comunicó que su padre renunciaba a la situación de control que tenía sobre la sociedad, "debido al derecho real de usufructo sobre la totalidad de las acciones que poseen los hijos Laura, Juliana y Juan Camilo Ricci Piedrahita", señala el oficio.
Un divorcio
Extrañamente, diez meses después, se registró un documento de divorcio por mutuo acuerdo entre Andrés Ricci y María del Pilar Jaramillo Ruiz, en donde se consignó que la pareja dentro de su sociedad conyugal no había adquirido ningún bien, ni mueble, ni inmueble.
En aquella acta 64 que se registró, el entonces gerente, Andrés Ricci, solicitó a la asamblea de socios incluir en el objeto social la venta de servicios, reparaciones y productos para la industria metal mecánica, exportación e importación de maquinaria, repuestos, piezas y accesorios para la industria. Y una actividad hasta el momento ajena a las llantas y los autopartes, la venta de eventos y la publicidad en vallas y pantallas electrónicas.
Al 31 de diciembre de 2015, en el balance financiero presentado, dentro del ítem pasivos, aparecía en quinto lugar la Fundación en mención por $9.529 millones. Al año siguiente, según la auditoría presentada por la revisoría fiscal de 43 páginas sobre los años 2015 y 2016, estaba en cero, pero entonces apareció como acreedor hipotecario con $4.933 millones.
María del Pilar Jaramillo, exesposa de Andrés Ricci.
Adicionalmente, se estipuló que mediante escritura 2319 del 28 de junio de 2016, se había entregado en dación en pago a la Fundación Antonio Restrepo Barco el predio correspondiente al lote y construcción donde funcionaba la planta de Rubbermix.
Dos años después, en abril 20 de 2018, Andrés Ricci salió de la empresa como representante legal y en su lugar quedó su hija Laura Ricci Piedrahita y como suplente la hermana de esta, Juliana Ricci Piedrahita. Esta decisión se estipuló en acta 68 argumentando que el fundador, gestor, luego controlador, ya carecía de tiempo, no permanecía en el país y su gestión comercial le impedía seguir con el cargo.
A finales de 2021, la sociedad volvió a cambiar de representante legal y designó a Roberto Carlos Zawadsky Ovalle. En octubre de ese año, en el acta 76, Laura Piedrahita firmó que dentro del proceso de reorganización ya se habían pagado $40.200 millones, representando el 69% de las acreencias.
Otra empresa
La otra empresa relacionada con Andrés Ricci es Rubbermix S.A., la compañía que en 2012 se fusionó con Comercializadora de Llantas Unidas y que a su vez tuvo como accionista a la Fundación Antonio Restrepo Barco.
Rubbermix S.A., fue constituida el 29 de octubre de 1990 mediante escritura 1382. El objeto social era la producción en general de manufacturas de caucho, en particular la producción de compuestos para la industria de llantas.
Los socios fundadores fueron Rodrigo Romero Sanclemente, Juan Manuel Romero Sanclemente, La Seguridad Inversiones y Financiaciones Ltda, Publinversiones RTV Radio Televisión Video & Cia Ltda, Restrepo & CIA corredores de Seguros Ltda, Hernando Concha Narváez, Fernando Antonio Arenas Guerrero y Fernando Garcés Lloreda.
El capital autorizado fue de $200 millones y el suscrito de $160 millones. Ocho años después aumentaron el capital a $500 millones y mediante acta 12 de 1998 se evidenció alguna variación societaria. El 51.2% estaba en cabeza de la Corporación Financiera FES SA, Juan Manuel Romero con el 29.5%, Doris Galindo de Concha con un 3.89% y Jaime Crespo Arizala con 1.17%.
Documento de divorcio entre Andrés Ricci y María del Pilar Jaramillo.
Para el año 2000, ya el capital autorizado era de 1,100 millones y el representante legal era Carlos Alberto Uribe de Francisco. En el acta número 18 del 21 de enero de 2000, los socios nuevamente habían variado. Con el 51.27% el Fideicomiso de la Fundación Antonio Restrepo Barco, Juan Manuel Romero con el 29.52%, Inversiones Restrepo Toro & CIA con el 8.74%, Doris Galindo de Concha 5.44%, Martha Pallares con el 1.55%, Jorge A Iragorri con el 1.17% y Jaime Crespo Arizala con el 1.17%.
En el año 2002 Rubbermix SA celebró un contrato de prenda sin tendencia del acreedor en favor de la Fundación Antonio Restrepo Barco, la ONG representada por Marco Antonio Cruz sobre 19 bienes que constituyen materia prima para la fabricación de neumáticos, entre aceites, ácidos, óxido de zinc, entre otros, por un total de $366 millones.
La prenda se suscribió para garantizar el cobro de las sumas de dinero que está entregue en calidad de anticipo para la compra de materias primas y para pagar los gastos de fabricación de hasta $700 millones.
Segunda fundación
Años atrás, la sociedad había hecho lo propio pero con la Fundación para la Educación Superior, FES, representada por Gonzalo Garcés Lloreda. En dicha oportunidad, el contrato de prenda sin tenencia fue para maquinaria de hasta $823 millones.
Para el año 2005, según acta 26, la organización sin ánimo de lucro Fundación Antonio Restrepo ya tenía el 70% de las acciones de la empresa. Juan Manuel Romero había reducido a 17.78%, Ana María Restrepo Toro al 2.63%, Daniel Chálela Restrepo al 2.63%, Jaime Crespo Arizala al 0.70%, al igual que Rafael A Preciado con la misma participación.
En 2011, la Fundación Antonio Restrepo, representada por Marco Antonio Cruz, ya tenía el 90.19% de participación. Con el 3.84%, el propio Marco Antonio Cruz Rincón y con el 0.70%, Rafael A Preciado.
Los accionistas en la Asamblea Extraordinaria del 27 de mayo de 2011 nombraron en su junta directiva a Andrés Gustavo Ricci García, Luis Miguel Montalvo Pontón, Diana Alejandra Ortiz Villota, quien tenía funciones en la otra sociedad de llantas, Mauricio Hoyos Ricci y Juan Fernando Sierra Durán. Así quedó consignado en el acta 33.
Enero de 2012 despuntaría con una composición accionaria completamente renovada. Comercializadora de Llantas Unidas SAS con 254,170 acciones, Andrés Ricci García con 44,518 acciones y sus hijos Laura, Juan Camilo y Juliana Ricci Piedrahita con 267,104 acciones cada una.
Facsimil de documento mediante el cual se fusionan Rubbermix y la Comercializadora de Llantas Unidas.
Once meses después, el paso siguiente fue la fusión de Rubbermix SAS con Comercializadora de Llantas Unidas. En ese momento, el patrimonio de la primera era de $15.971 millones y el de la Comercializadora de $52,552 millones.
De igual forma, Comercializadora de Llantas Unidas Internacional SAS tiene el 37.30% de las acciones de la popular empresa peruana Lima Caucho S.A. El otro 37.30% está en manos de la peruana Blue Airbus SAC y un 12.93% en manos de una sociedad anclada en Islas Vírgenes Británicas denominada Colpine Technologies Limited.
El 16 de marzo de 2020, con la pandemia, la empresa entró en un proceso de paralización producto de la emergencia sanitaria del Covid-19, por lo que la Junta General de accionistas aprobó la disolución y liquidación de la empresa.
Contrato con el Ejército
A la telaraña empresarial y los cambios accionarios que Andrés Ricci hizo con sus hijos y tras el divorcio con su primera esposa, quedaron marcados otro hecho. En el año 2017 la Comercializadora de Llantas Unidas suscribió el contrato 035 con el Ejército Nacional para el suministro de llantas por $5.019 millones.
Sin embargo, dos años después, se conoció una denuncia en la cual se señalaba al entonces inspector general Nicasio Martínez, había omitido investigar un contrato suscrito entre la entidad y esa misma empresa mediante el cual se habían adquirido 10,000 llantas. Dicho contrato tenía firmas falsificadas de recibido a satisfacción, según lo denunció el capitán Camilo Bonilla Parra.
En segundo lugar, los conductores recibieron la orden de trasladar las llantas hasta el barrio Ricaurte. Los encargados de la bodega hicieron el descargue, pero se desaparecieron 400 llantas. El caso no se investigó lo suficiente, así como la forma en que surgieron los contactos de la empresa con las Fuerzas Militares.
Sede de la empresa Comercializadora de Llantas Unidas en el departamento del Valle del Cauca, donde comenzó todo.
Actualmente, la sociedad Comercializadora Llantas Unidas Internacional SAS, aún en acuerdo de organización, tiene siete inmuebles a su nombre: Finca Mameyal, un inmueble en la carrera 4 con 1 Oeste en Cali, un lote de 2.175 metros cuadrados en el corregimiento Los Andes, un predio en la carrera 4 con primera y tres lotes en El Mameyal.
En cambio, a pesar de haber sido el gestor de un emporio en el mercado de llantas y autopartes, y demás productos afines, a nombre de Andrés Gustavo Ricci García no le figuran propiedades.
Es decir que, en caso de ser condenado por los presuntos delitos de feminicidio agravado en concurso con porte ilegal de armas, los familiares de Luz Mery Tristán, las víctimas de este execrable suceso, únicamente tendrían para perseguir las acciones ínfimas con las que se quedó Ricci García años atrás, meses antes de separarse de su antigua pareja quien lo acusó de golpearla y perseguirla, María del Pilar Jaramillo.
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