El 16 de agosto de 2021 en el vuelo 1553 de la aerolínea de bajo costo JetBlue con 40 kilogramos menos de peso y tras estar confinado 18 años en penales de los Estados Unidos pagando una condena de 25 años de prisión por narcotráfico y conspiración, aterrizó en Barranquilla el excongresista, contrabandista y narcotraficante Samuel Santander Lopesierra.
Dieciséis meses después y como si el tiempo no hubiera hecho mella ni en su historia ni en la del país, aparecería en una lujosa fiesta de fin de año abrazando a un integrante de la familia presidencial.
Al año 2022 le quedaban apenas dos horas en el calendario. En la zona de playa del exclusivo Hotel Las Américas, en Cartagena, se realizaba la acostumbrada fiesta de San Silvestre. Alrededor de 7.000 personas habían adquirido entradas entre $1.4 millones y $2 millones para darle la bienvenida al 2023. Cada boleta permitía la celebración con cotillones, uvas y cena tipo buffet.
Con otro plato fuerte. Un concierto con artistas exclusivos y variados; el reguetonero Ryan Castro, el Gran Combo de Puerto Rico, Silvestre Dangond y el rey de la champeta Mr. Black.
A unos 10 metros de la tarima, ubicado entre la mesa 274 y 284, un hombre era la sensación de la fiesta. Cada tanto era interrumpido de su diálogo social con otras nueve personas que los acompañaban, para en un acto casi reverencial ser saludado y abrazado con efusividad.
Las botellas de whisky se vaciaban a la velocidad de la noche. La emblemática orquesta El Gran Combo de Puerto Rico tocaba uno a uno sus éxitos. Las mujeres espléndidas en sus vestidos de cóctel apaciguaban con sus tacones el piso de caucho montado sobre la arena.
De repente, a la fiesta llegó Nicolás Petro con su nueva pareja Laura Ojeda. De la mano transitaron el improvisado camino entre la última fila de boletas de $2 millones en Zona Confort y el largo buffet dispuesto para los comensales.
El primogénito del presidente Gustavo Petro, saludó a algunos meseros. Una mujer que trabajaba la noche de Año Nuevo para el hotel lo reconoció. Lo abrazó, al igual que varios le pidieron una foto. Fue tanta su emoción que bailaron unos minutos de una canción.
Minutos después, en la misma hilera de mesas del hombre más saludado en la noche, Nicolás Petro se ubicó en su silla, al lado izquierdo se sentó, Ojeda.
Acto seguido, Nicolás Petro tomó de la mano a la mujer y se dirigió a la mesa del enigmático personaje. Se dieron un fuerte abrazo, sonrieron y apretaron sus manos, hablaron unos minutos. Era Samuel Santander Lopesierra, con muchos kilos menos antes de su extradición, pero con su característico lunar encima de su ceja derecha.
A 10 mesas de allí y con unos tragos de más pero sin cruzar palabras con ellos estaba el recién posesionado contralor general de la República, Carlos Hernán Rodríguez Becerra.
Tras el abrazo amistoso entre Lopesierra y Petro del cual fueron testigos los vecinos de mesa que no le perdían la mirada al hijo del presidente, Nicolás y Laura bailaron en una sola baldosa toda la noche.
El ventilador de la exesposa
Tres meses después de aquella fiesta de fin de año que concentró en no más de 300 metros cuadrados a la representación del país, políticos, empresarios, periodistas, modelos, presentadoras, actrices, exconvictos, pospenados, familia presidencial y expresidencial y organismos de control, estalló el escándalo.
La periodista Vicky Dávila publicó este 2 de marzo, el texto de la entrevista. Luego el video en la revista Semana de la exesposa de Nicolás Petro, Day Vásquez. La mujer detalló la recepción de dinero para la campaña electoral de Gustavo Petro por parte de Nicolás Petro, entregada por el exconvicto y candidato a la alcaldía de Maicao, La Guajira, Samuel Santander Lopesierra y del polémico hombre de negocios Alfonso 'El Turco' Hilsaca.
Chats, audios, las minutas de portería del edificio donde vivieron Nicolás y Day, la promesa de compraventa a nombre de un tercero de una casa de $1.600 millones, entre otras evidencias mediáticas, fueron reveladas y ampliamente discutidas por la opinión pública.
El presidente Gustavo Petro quien había conocido los detalles de las acciones de su hijo Nicolás de voz de su exnuera Day Vásquez el pasado 3 de febrero, emitió un comunicado horas antes de conocerse las declaraciones de la mujer en Semana, es decir el pasado 2 de marzo.
También el primogénito del presidente intentó salirle al paso a las declaraciones de su expareja a través de un comunicado en el que entre otras cosas aseguró no conocer a Samuel Santander Lopesierra. Un hecho contrario a lo que cientos de testigos vieron la noche del 31 de diciembre en Cartagena.
A su vez Santander Lopesierra, en su única declaración pública que ha hecho sobre el tema, envió una nota de voz a medios locales. Allí aseguró que no se reunió con nadie de la campaña de Gustavo Petro: "Yo jamás he tenido ningún acercamiento con nuestro candidato pero lo hacemos de corazón porque es el cambio". De paso indicó que nada tenía que ver con la pelea de pareja, al referirse a Nicolás Petro y Day Vásquez.
El retorno de un capo
Lo cierto es que no es la primera vez que el exnarco se ve inmerso en el triangulo narcotráfico, política y justicia. De hecho, el denominado 'Hombre Marlboro' había recuperado la libertad el lunes 16 de agosto de 2021, luego de cumplir una condena de 18 años de prisión impuesta por una Corte en Estados Unidos por el delito de narcotráfico.
No tardó mucho en aterrizar nuevamente en Colombia para paradójicamente regresar al escenario político. Esta vez para hacer campaña activa en favor de la Colombia Humana de Gustavo Petro y de paso desempolvando las memorias del proceso 8.000 con el que tiene hilos conductores.
Lopesierra nació el 16 de noviembre de 1961 en Maicao, La Guajira, es hijo de Samuel Lopesierra Breiner y Guillermina Gutiérrez. Su familia desde muy temprano había constituido un lucrativo negocio de bodegaje de todo tipo de mercancías en Maicao y la Costa Caribe. Los recursos económicos fueron suficientes para enviarlo a estudiar economía en la South Illinois University, en Estados Unidos.
Con título de pregrado a cuestas, dos años después incursionó en la política. Primero en el Concejo de Maicao por el partido que fundó su padre, Movimiento Independiente Liberal, MIL, y dos años después como diputado tras lograr 11.000 sufragios por el Partido Liberal.
En el despunte de la década de los noventa la DEA empezó a seguirle los pasos a Lopesierra por dos razones. La primera porque su bodega San José en su pueblo natal se había convertido en el centro del contrabando a cielo abierto más grande y próspero de este lado del hemisferio.
Una segunda por sus socios a 306 kilómetros de ese lugar, Los Mansur en Aruba. Desde la paradisíaca isla se distribuía, al menos el 90% de los cigarrillos de contrabando vendidos en Colombia, los proveedores eran los Mansur y los Harman.
La mancuerna comercial entre los Mansur y Lopesierra generó una nota criminal y una investigación denominada 'Golden Trash' o Basura Dorada, una poderosa red de blanqueo de capitales o lavado dinero que involucró a 54 personas.
Un dinero de los narcos se utilizaba para comprar todo tipo de mercancías desde licor hasta electrodomésticos que se vendían en Colombia, gracias al entramado de Lopesierra quien llegó a comercializar semanalmente 400.000 botellas de whisky y dos millones de cajetillas de cigarrillos.
El ruido ensordecedor frente a los negocios con contrabando y narcotráfico no impidió que lograra una curul en el Senado de la República por el Partido Liberal en las elecciones de 1994.
Para ese momento apenas tenía 33 años. Su nombre era popular en Maicao, en los 50 San Andresitos del país y en las dedicatorias de los cantautores vallenatos que lo nombraban sin tregua y sin pausa.
El Hombre Marlboro
El 10 de marzo de 1994 una columna en el desaparecido diario La Prensa en la que denominó a Lopesierra como 'El Hombre Marlboro', sellaría su nuevo apodo y por el que se le conocería hasta la fecha.
Según informes de inteligencia de la época, ya movía US$70 millones al año lo que derivó en una monumental votación, 400.000 sufragios.
En su momento la Asociación Colombiana de Importadores de Licores, Acodil, evidenció lo que representaba que el contrabando y el narco tuvieran silla en el Senado, "el gobierno debe ser consiente de lo nociva que puede resultar la presencia de Lopesierra en el Congreso. A nosotros nos resulta imposible
competir con un señor que sin pagar un solo peso de impuestos vende 200.000 pacas de cigarrillo Marlboro y 400.000 cajas de whisky", señaló a la revista Semana.
Una semana después de la segunda vuelta presidencial, Andrés Pastrana le entregó al entonces presidente César Gaviria Trujillo unos narco casetes en los que el periodista Alberto Giraldo dialogaba con los jefes del Cartel de Cali, Gilberto y Miguel Rodríguez Orejuela sobre los aportes que habían realizado a la campaña de Ernesto Samper.
Un audio que era el producto de unas interceptaciones realizadas por la Policía Nacional a los teléfonos de Alberto Giraldo y que fueron a parar a las manos de Pastrana Arango, el oponente de Samper.
Al fiscal de la época Gustavo de Greiff, le llegaron los audios pues Gaviria se los entregó a su entonces ministro de Defensa, Rafael Pardo. Este a un general y este al fiscal a quien siempre se le cuestionó el manejo de la investigación del caso porque su hija Mónica de Greiff había estado en la tesorería de la campaña de Samper en la primera etapa.
"Las conversaciones contenidas en la cinta magnetofónica que hacen parte del expediente, fueron obtenidas sin mandató previo de autoridad judicial competente" aseguró el fiscal en el auto mediante el cual se abstuvo de abrir investigación el 15 de agosto de 1994.
En rueda de prensa el fiscal aseguró que su providencia era cosa juzgada. Sin embargo, la celebración en las toldas Samper islas se aguó cuando ocho meses después en un allanamiento apreció un cheque por $40 millones forado por Alfredo Perlaza Zúñiga gerente de la Comercializadora Agropecuaria empresa de los Rodríguez Orejuela.
Contrabando y narcotráfico
A mediados de 1995 el nuevo fiscal Alfonso Valdivieso reactivó el proceso y llamó a indagatoria al tesorero de la campaña de Samper, Santiago Medina quien tres meses después confesó que habían ingresado dineros del narcotráfico a la campaña; lo propio confesaría el coordinador de campaña, Fernando Botero Zea.
Al tiempo que Medina confesaba el ingreso de dineros del narcotráfico, se conoció un audio grabado en abril de 1994 entre el entonces candidato Ernesto Samper y Elizabeth Montoya de Sarria conocida como 'La Monita Retrechera'.
"Ellos son los presidentes del Interbank, ok?, Te acuerdas de la gente que yo te había hablado la otra vez? (…) ellos vienen de Fadul, ellos son los de la Philip Morris. Son gente súper, súper, súper bien".
Meses después, una investigación del periódico The Miami Herald reveló que las personas a las que se refería Montoya de Sarria ni eran del Brasil, ni eran gente bien, se trataba de la familia Mansur, socios de Lopesierra quien habría llegado al Congreso con el apoyo de Ernesto Samper y quien a su vez había sido un protagonista activo de la campaña presidencial de Samper en su zona de influencia.
Incluso en una carta enviada al Congreso de los Estados Unidos, el entonces presidente Bill Clinton aseguró que la familia Mansur amos y señores de Aruba, eran propietarios de una zona franca que se había convertido en un puerto de cocaína en el Caribe.
En 1994 se oficializó la acusación en contra de Eric y Alex Mansur en la Fiscalía de Puerto Rico. Los ingresos de su empresa Mansur Trading Company superaban los US$100 millones anuales producto del comercio de comestibles. El Banco Interbank entre otros activos. Los Mansur aportaron US$550.000 a la campaña de Ernesto Samper según lo divulgó el diario y lo dilucidó el tesorero Santiago Medina.
A pesar de la confesión judicial del entonces Fernando Botero Zea ministro de defensa, coordinador de la campaña e hijo del pintor Fernando Botero que aseguró que el presidente Samper si sabía qué dineros de la mafia habían ingresado a la campaña, el congreso por 111 votos a favor y 43 en contra archivó el proceso en contra de Ernesto Samper.
El país fue descertificado por Estados Unidos, al presidente le retiraron la visa a ese país y la sensación de ingobernabilidad fue oprobiosa.
Años atrás el mismo Samper como director de la campaña de Alfonso López Michelsen fue señalado de haber recibido cheques de Pablo Escobar el jefe del cartel de Medellín por $20 millones. Años después sería elegido en una asamblea del Banco de los Trabajadores controlado por Gilberto Rodríguez Orejuela, pero este no tomó posesión.
Ya en el juicio congresional como presidente se conoció que su abogado Luis Guillermo Nieto Roa también había sido elegido en la misma asamblea y según actas de la Superintendencia Bancaria se posesionó el 3 de mayo de 1979, dos meses después de que también asumiera en la asamblea Gilberto Rodríguez Orejuela.
En la contabilidad del chileno Guillermo Alfonso Pallomari que le llevaba a los Rodríguez Orejuela se evidenció que entregaron $6.000 millones a la campaña de Samper, cifra que coincidió el tesorero.
Magnicidio de Álvaro Gómez
Por su parte, en la Fiscalía le metieron freno de mano a la investigación de 43.250 cheques girados de 12 cuentas corrientes de los Rodríguez Orejuela en seis bancos en Cali.
También se quedó entre el moho judicial, la indagación de 308 invitaciones a congresistas, abogados, periodistas y artistas al Hotel Intercontinental de Cali realizadas por el cartel a través de sus relacionistas Alberto Giraldo y Mario Ramírez como detallamente lo describió el periodista de investigación, Fabio Castillo en su libro Los Nuevos Jinetes de la Cocaína.
Una de las voces más firmes en contra del ingreso de dineros del narcotráfico a la campaña de Ernesto Samper fue la del dirigente Álvaro Gómez Hurtado, quien fue asesinado el 2 de noviembre de 1995 al salir de la universidad Sergio Arboleda.
Posteriormente, Hernando Gómez Bustamante, alias 'Rasguñó' en declaraciones aseguró que había entregado $2.000 millones a la campaña de Ernesto Samper y que el guajiro Samuel Santander Lopesierra declaró que Orlando Henao, el Hombre del Overol, le pidió US$500.000 para asesinar a Álvaro Gómez Hurtado.
En el año 2003 y luego de un concepto favorable de la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia, Samuel Santander Lopesierra fue extraditado hacia los Estados Unidos. En su última fotografía en suelo colombiano, con una chaqueta y beisbolera roja que le imponían un mayor volumen a su cuerpo de más de 120 kilos, sonrió, alzó su brazo derecho y acompasó su mano en un gesto de despedida retador.
Dos años después de su extradición, la Dijin y fiscales de la Unidad Nacional de Lavado de Activos ocuparon 108 bienes de Lopesierra, de familiares y presuntos testaferros.
La operación se llevó a cabo en el centro de operaciones contra el narcotráfico en Medellín, Cartagena, Riohacha y Maicao, entre esos el Centro Comercial La 79 ubicado en Barranquilla y el Centro 93 de Bogotá.
Poder intacto
A pesar de la incautación de bienes y de su confinamiento en penales de los Estados Unidos en donde pago 18 años de 25 años de condena, Lopesierra perdió poco poder en La Guajira.
Su tío Jorge Ballesteros Bernier, hijo de José María Ballesteros y Angelica Bernier, militó en los 90 en el Partido Liberal. Luego llegó al Congreso por el Partido Alas Equipo Colombia y más adelante por el Partido de la U.
Asimismo, el hijo de este, Jorge María Ballesteros, es decir, su primo aspiro por el partido Opción Ciudadana en 2014 a la gobernación de La Guajira y ganó. Entre otros, gracias a Kiko Gómez y a aliados de antaño como Antenor Duran y José Alfredo Gnecco.
Los dos Ballesteros, padre e hijo, a su vez fueron alfiles de Francisco 'Kiko' Gómez. El primo de Lopesierra fue señalado en su momento de usar los alimentos enviados por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, ICBF, al departamento para hacer política, para ese momento, más de 4200 niños habían muerto en esa zona del país por desnutrición.
En su momento el periodista Gonzalo Guillen junto a Ariel Ávila, hoy senador, señalaron a Jorge María Ballesteros de pagar el atentado que le hicieron a la entonces senadora electa Claudia López. Un ataque que se denunció en Fiscalía pero no ha avanzado.
Gracias a que las ramas de su árbol genealógico continuaron incólumes en el poder político de La Guajira, Santa Lopesierra el apocope que han usado los cantautores vallenatos para dedicarle cientos de versos, no escatimó en regresar al punto donde inició, la política.
Cuando la contienda electoral se recrudecía en el país, El Hombre Marlboro con 60 años de vida a cuestas se puso la camiseta del Pacto Histórico.
"Creo que el candidato Gustavo Petro ofrece las soluciones, considero muy particularmente que su programa encaja dentro del marco que me gustaría a mi para una mejor Colombia", aseguró, no sin antes reiterar que no había tenido ningún tipo de acercamiento.
Curiosamente aseguró que había que cambiar la manera de hacer política en La Guajira, "para que el pueblo no siga siendo engañado con promesas falsas", le aseguró a uno de sus blogueros adeptos.
Una aseveración que realizó a pesar de que los mandatarios de las últimas dos décadas en ese departamento han sido cercanos a él y su familia, incluyendo al hoy preso Francisco 'Kiko' Gómez.
Fuentes del ámbito político de la Costa le aseguraron a esta Agencia que el día en que Gustavo Petro entonces candidato visitó La Guajira, Lopesierra desconcertado se preguntó porque no podía entrar a un evento que él había ayudado a financiar.
La razón la conocería apenas este 2 de marzo, cuando Day Vásquez, la exesposa de Nicolás Petro le contó al país que él había entregado $600 millones a la campaña pero que el primogénito del presidente había desviado su destino a sus propios bolsillos.
Lo cierto es que tanto Nicolás Petro como Samuel Santander Lopesierra han negado cualquier vínculo. No obstante, este último, el contrabandista y narcotraficante que purgó una condena de dos décadas en Estados Unidos y que aún no ha contado todo lo que sabe, calificó a los medios que han evidenciado lo sucedido como 'periodistas terroristas'.
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