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El primer peldaño del gran acuerdo nacional

La Agencia de Periodismo Investigativo, API, revela el documento clave que fue entregado en la Casa Nariño para el nombramiento de delegados de varios partidos en el gobierno Duque. Detalles de la iniciativa en medio de la renuncia del ministro de Salud.

Por Agencia Periodismo Investigativo |

La dimisión de uno de los ministros estrella del gabinete del presidente Iván Duque, Juan Pablo Uribe, quien estuvo a la cabeza de la cartera de Salud, parece ser el primer peldaño del gran acuerdo nacional que se puso sobre la mesa, 48 horas después de iniciarse el paro nacional el pasado 21 de noviembre.

En medio de la efervescencia de las concentraciones, manifestaciones, actos culturales, enfrentamientos entre marchantes y el Escuadrón Antidisturbios de la Policía, Esmad, los más de 346 integrantes de la Fuerza Pública heridos, así como el centenar de civiles lesionados y la muerte del joven estudiante de grado 11 del Colegio Ricaurte, Dylan Cruz, el presidente Iván Duque inició una jornada maratónica de interlocución con curtidos políticos y exfuncionarios para salir de la crisis que lo puso contra las cuerdas.

El primer acto político fue dialogar con los expresidentes, Cesar Gaviria como representante del Partido Liberal, Andrés Pastrana quien representa un sector de los conservadores; el exvicepresidente y candidato presidencial Germán Vargas Lleras como cabeza de Cambio Radical y finalmente con el director del Partido de La U, Aurelio Iragorri. Justamente de esas reuniones salió la necesidad de un acuerdo nacional que le permitiera al primer mandatario recuperar gobernabilidad y a los partidos representación.

Del anecdotario, salió a relucir una de las grandes crisis que enfrentó el presidente Juan Manuel Santos, cuando hizo tristemente célebre su frase “El tal paro no existe”. De hecho, a mediados de agosto del año 2013, cuando habían transcurrido siete días de una huelga agraria que hasta entonces, había dejado cuatro víctimas fatales, bloqueos en las carreteras y civiles lesionados, el entonces mandatario afirmó que el paro no existía, que la situación estaba bajo control y que la protesta estaba infiltrada. Es decir, quiso apagar el fuego con gasolina.

Con este recuento, varios exfuncionarios del gobierno Santos, intentaron manifestarle al presidente Duque, que era un error desconocer la fuerza del paro y adjudicarle el liderazgo del mismo al senador Gustavo Petro, “este paro se mueve a través de una vía llamada 4G, es decir, son los jóvenes a través de las redes”, señaló uno de ellos. El único acto de movilización no son las marchas, también el movimiento en redes.

cacerolazo


De esta manera, se fue consolidando la propuesta que se puso sobre la mesa del primer mandatario de hacer un acuerdo nacional.

La Agencia de Periodismo Investigativo, API, conoció un documento de ocho páginas denominado “Agenda Unidad por Colombia: Acciones y Acuerdos para la construcción de país”. Este contiene los Principios de la Unidad, Mensajes Políticos, Motivaciones y protagonistas reales de la movilización.

Como principios de la unidad, se propuso que los acuerdos de paz deben ser “pilar para la construcción de un país más justo y una sociedad más equitativa”. También, la necesidad de su implementación como una obligación del Estado y, “un paso innegable para la reconciliación”.

Otro de los puntos establecidos es que no se requiere una constituyente, si no la realización de acuerdos, avances, hechos y acciones, porque el país ya tiene un marco legal suficientemente desarrollado.

Frente a la propuesta de algunos sectores de legalizar la tenencia de armas de fuego para salvaguardar vida y bienes, se advierte que el monopolio de las armas solo debe estar en cabeza del Estado, “ningún llamado para que los ciudadanos se armen, sin embargo, una invitación para que se fortalezca la comunicación entre la comunidad y la Fuerza Pública, “un estado cercano al ciudadano y un ciudadano respetuoso del Estado”.

Fuerza Pública


En cuanto al gobierno nacional, se afirma en el documento que éste debe ser una representación de todos los ciudadanos, no solo de un sector. “Se requiere que el Presidente entienda que debe gobernar para todos y con todos, es la única manera de dejar atrás la polarización, la segmentación y la violencia social”.

Con respecto  al aparte de mensajes políticos, se aconseja la materialización de acciones que generen confianza y permitan estabilizar la situación de conflicto social por la que atraviesa el país, “exige un liderazgo mediado por la humildad en reconocer errores, sabiduría para escucharlos a todos y resiliencia para caminar con decisión hacia adelante.

Uno de los interlocutores del presidente Iván Duque manifestó que ya habían transcurrido quince meses desde que inició su mandato y por lo tanto no podía continuar con el espejo retrovisor para intentar explicar acciones u omisiones.

En el documento se critica la falta de interlocución del gobierno nacional con los ciudadanos. Por lo tanto se sugiere que en el corto plazo se lleven a cabo hechos que evidencien la conexión de la institucionalidad con sus necesidades y exigencias. 

“No se ha construido confianza para el diálogo, no se han extendido puentes efectivos, ni se han levantado medios edificantes de comunicación. Las acciones no dan espera, deben iniciarse ya. El diálogo hoy requiere que vaya acompañado de acciones y hechos reales. No es unilateral, es con acuerdos que involucren a todos los actores sociales”. Este es uno de los puntos más importantes, pues se reitera que no es hora de preguntarle a los ciudadanos si no escuchando y actuando.

Duque en Cartagena


Los gestores del documento advirtieron al mandatario que veían una figura presidencial solitaria, con un equipo de gobierno que reinaba por su ausencia y que con su silencio daban a entender de que el paro era un problema exclusivo del presidente. 

Aunque en el gabinete del presidente Duque hay gente con altas capacidades técnicas, no han logrado empatía con los ciudadanos. Por lo tanto sugirieron abrir agendas académicas y dialogar fuera de la Casa de Nariño.

En relación con el Congreso, advirtieron que era una gran oportunidad y buen momento político para ellos, por ser parte de la solución. “Si el gobierno nacional en cabeza del presidente no involucra a esta instancia, o sea al Congreso, compromete la institucionalidad, y por ende, la gobernabilidad de la Nación. Tomarse un café con los partidos está a un WhatssApp de distancia”. Una frase que dejó al descubierto la distancia abismal entre el gobierno y el Congreso.

Dentro de los pasos para conjurar la prolongación del paro se planteó la realización de una mesa de negociación entre la ministra del Interior y los líderes de la huelga. Con este propósito se lograría separar la figura presidencial y dejarle el liderazgo a otros miembros del alto gobierno.

Uno de los puntos que se cumplió de inmediato fue la vocería ante los medios de comunicación y redes sociales por parte del gobierno en cabeza de dos personas, la ministra del Interior, Nancy Patricia Gutiérrez y el coordinador del diálogo, Diego Molano.

Gutierrez y Molano


Finalmente se estableció la necesidad de establecer metas y victorias tempranas, incorporar a la mesa de diálogo personas cercanas a la institucionalidad pero con credibilidad ante los organizadores del paro para generar confianza y organizar un equipo de crisis digital que contribuyera con la unificación del mensaje de gobierno en redes y ayudará a neutralizar mensajes negativos.

En otras palabras, en aquel documento quedó evidenciado la crisis de comunicación del gobierno del presidente Iván Duque, las relaciones lejanas con el Congreso y una figura presidencial que reflejaba soledad ante el silencio y la empatía de los altos funcionarios.

Comparando la situación frente al mandato del presidente Juan Manuel Santos, todas las fuerzas políticas estuvieron representadas en el gabinete y por ello con cada crisis, salían como alfiles en su defensa. Hoy, esto brilla por su ausencia, destacan los analistas políticos. Por esta razón, se aumentó la necesidad de cambiar gran parte de los ministros que fueran técnicos, ejercieran liderazgo y tuvieran empatía con los ciudadanos.

Y en efecto comenzó a suceder. Dos cambios en particular esbozados en el documento empezaron a cumplirse antes de finalizar el año. El primero, la salida del consejero presidencial para las comunicaciones Álvaro García reemplazado por el periodista Hassan Nassar. Ahora se conoce la renuncia del ministro de Salud, Juan Pablo Uribe.

“Con @MinSaludCol Juan Pablo Uribe conversamos y acordamos su retiro al frente de esta cartera. En su gestión, sacamos adelante Acuerdo Punto Final, para saldar deudas en el sector, darle liquidez y mejorar el servicio a los colombianos. Ya se giraron $1.2 billones para sanear salud”, señaló el presidente Iván Duque en su cuenta de la red social, Twitter.   

Ministros entrantes


Luego de la salida del ministro de Salud, se vienen más cambios. En concreto en los  ministerios del Interior, Vivienda y Agricultura. Entre otros. Ya suenan como candidatos para llegar al gobierno está la gobernadora Del Valle, Dilian Francisca Toro, el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez y el exdirector de Planeación y excongresista, Simón Gaviria.

A las fiestas decembrinas que amainaron el paro le quedan pocos días, así como al presidente Iván Duque para tomar decisiones que le permitan iniciar el 2020 con la gobernabilidad necesaria y la empatía ciudadana. La ruta de un acuerdo nacional ya hace su primer recorrido.

aviso API

 

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