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Iglesia Católica presentó balance de la violencia en Colombia
Aunque persisten los ataques armados y la fragmentación social en varias regiones del país, la Iglesia Católica destacó la existencia de iniciativas comunitarias que promueven la reconciliación.
Este 25 de diciembre, la Iglesia Católica entregó un balance sobre la situación de orden público en Colombia y los avances que, desde los territorios, se vienen gestando para alcanzar la paz. Así lo expresó monseñor Héctor Fabio Henao, delegado para las relaciones Iglesia-Estado de la Conferencia Episcopal, quien subrayó la necesidad de mantener el diálogo y la esperanza en medio de los desafíos actuales.
Tras décadas de acompañamiento a comunidades afectadas por el conflicto, especialmente en Antioquia, el prelado destacó la fortaleza de los sectores sociales que, pese a la adversidad, continúan trabajando por la reconciliación nacional. En entrevista con la revista Cambio, Henao aseguró que el optimismo que mantiene no nace de una visión ingenua de la realidad, sino del compromiso y la resiliencia de las comunidades.
“El país enfrenta muchos desafíos. Algunas problemáticas sociales se han vuelto más complejas debido a las violencias persistentes y a las radicalizaciones que han llevado a una cierta fragmentación del país”, afirmó el obispo, al reconocer que los hechos armados siguen afectando a civiles y miembros de la Fuerza Pública en distintas zonas del territorio.
No obstante, sostuvo que existen señales alentadoras. Según explicó, se está configurando un ambiente en el que diversos sectores sociales elevan su voz para acercar posiciones, promover el diálogo y fomentar el reconocimiento mutuo como base para una paz duradera. Para Henao, este proceso no responde a hechos aislados, sino al surgimiento de un movimiento con alcance nacional.
El delegado de la Conferencia Episcopal resaltó la presencia de múltiples plataformas y movimientos sociales que funcionan como espacios de encuentro y escucha en varias regiones del país. Estas iniciativas, impulsadas desde la sociedad civil, buscan fortalecer el diálogo social y el respeto por la diversidad que caracteriza a Colombia.
Como ejemplos concretos, mencionó los procesos comunitarios que se desarrollan en Nariño, donde ejercicios de diálogo han contribuido a una reducción de la violencia, así como las mesas interinstitucionales lideradas por la Diócesis de Barrancabermeja y los escenarios de concertación en La Guajira. Para la Iglesia, estas experiencias demuestran que el diálogo es posible tanto en los territorios más golpeados como en los centros urbanos.
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Henao advirtió que la realidad nacional presenta una doble cara. Por un lado, persisten acciones violentas, amenazas, desplazamientos y confinamientos forzados; por el otro, comunidades que se organizan, resisten y crean respuestas humanitarias y sociales frente a la crisis.
Desde la red eclesial, explicó, el contacto permanente con diócesis y parroquias permite identificar tanto el recrudecimiento de la violencia en algunas regiones como los esfuerzos locales por atender el dolor y reconstruir el tejido social.
Finalmente, el obispo hizo un llamado a poner en el centro el respeto por la vida, especialmente de cara a las elecciones que se avecinan en 2026. Señaló que el debate político debe desarrollarse en un clima de respeto, con un lenguaje que dignifique al otro, permita conocer las propuestas y promueva el diálogo como herramienta para superar la polarización.
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